PERIODISMO DE INVESTIGACION ECUADOR

RELATO HISTÓRICO EN PROCESO DE EJECUCIÓN. Primera versión: 20 febrero 2018. Actualizado: 6 septiembre 2024.

EUGENIO ESPEJO, PRIMER PERIODISTA INVESTIGADOR EN LA COLONIA

Cada 5 de enero celebramos el Día del Periodista Ecuatoriano, porque corresponde a la fecha cuando Eugenio de Santa Cruz y Espejo publicó el primer número del primer periódico quiteño: Primicias de la Cultura de Quito, que se sumó a sus panfletos y libros usados para la denuncia de abusos del imperio español y su menosprecio a los habitantes del ahora Ecuador. Sus textos lo convirtieron en líder del movimiento separatista de Quito.

Al releer esta historia notamos que Espejo tiene el perfil de lo que hoy llamamos periodista de investigación. Respaldado por su gran formación académica (médico, abogado) y su gran manejo del idioma castellano, él realiza investigaciones profundas sobre la situación de la salud pública y usa la ironía para enfrentar a sus críticos.

“Durante la Real Audiencia (o Presidencia) de Quito, años 1772 y 1779, Espejo provocó a las autoridades coloniales, que lo consideraban el autor de varios carteles satíricos y burlones, colocados en las puertas de las iglesias y otros edificios.

En 1779 circuló un manuscrito satírico y lleno de reproches, El nuevo Luciano de Quito, suscrito por "don Javier de Cía, Apéstegui y Perochena," un pseudónimo adoptado por Espejo. Esta obra como tal imitaba el estilo satírico de Luciano, y mostraba especial antipatía hacia los jesuitas. Mostraba la cultura de su autor, a pesar de vivir en una ciudad aislada e intelectualmente atrasada como lo era Quito en esa época.

En junio de 1780, escribió Marco Porcio Catón. Nuevamente usó un pseudónimo, esta vez “Moisés Blancardo”. En esta obra, una parodia presentada como una supuesta respuesta de un censor al Nuevo Luciano, se burlaba de las nociones e ideas de sus críticos. En 1781 escribió La ciencia blancardina, a la que se refirió como una segunda parte del Nuevo Luciano, como respuesta a las críticas de un sacerdote mercedario de Quito.

Debido a sus obras, para 1783 fue calificado como “subversivo". Para librarse de él, las autoridades lo designaron médico principal en la expedición científica de Francisco de Requena a los ríos Pará y Marañón para delimitar el territorio de la Audiencia.

Debido a sus obras, para 1783 fue calificado como “subversivo". Para librarse de él, las autoridades lo designaron médico principal en la expedición científica de Francisco de Requena a los ríos Pará y Marañón para delimitar el territorio de la Audiencia. Espejo intentó declinar el nombramiento, y cuando el intento fracasó, trató de huir sin éxito. Capturado, fue enviado de vuelta como "reo de grave atentado," pero no fue enjuiciado ni sufrió mayores consecuencias.

En 1785, el cabildo de la ciudad solicitó que escriba un trabajo sobre la viruela, el peor problema sanitario que la Audiencia enfrentaba. Espejo aprovechó la oportunidad para redactar su mejor y más completo trabajo, Reflexiones acerca de un método para preservar a los pueblos de las viruelas. Con esta, Espejo hizo enemigos porque su obra criticaba a los médicos y sacerdotes a cargo de la salud pública en la Real Audiencia por su negligencia, y se vio obligado a abandonar Quito.

Camino a Lima, se detuvo en Riobamba, donde un grupo de sacerdotes le pidieron escribir una respuesta al reporte escrito por Ignacio Barreto, jefe de recaudación de impuestos. El reporte acusaba a los sacerdotes de Riobamba de varios abusos contra los indígenas a fin de quedarse con su dinero. Espejo con gusto aceptó el encargo… Escribió Defensa de los curas de Riobamba, un estudio detallado del estilo de vida de los indígenas de Riobamba y un poderoso ataque al reporte de Barreto.

En marzo de 1787, continúo su ataque contra sus enemigos riobambeños con una serie de ocho cartas satíricas a las que llamó Cartas riobambenses. En respuesta, sus enemigos denunciaron a Espejo ante el presidente de la Real Audiencia, Juan José de Villalengua. Espejo fue acusado de ser el autor de El Retrato de Golilla, una sátira dirigida contra el rey Carlos III y el Marqués de la Sonora, ministro colonial de las Indias. Fue llevado a Quito, y desde allí… llevado ante el Virrey de Bogotá.

En Bogotá conoció a Antonio Nariño y Francisco Antonio Zea, desarrollando en el proceso sus ideas sobre la independencia. En 1789 uno de sus seguidores, el quiteño Juan Pío Montúfar, llegó a Bogotá y, junto a Espejo, obtuvieron la aprobación de importantes miembros del gobierno para crear la Escuela de la Concordia, luego llamada Sociedad Patriótica de Amigos del País de Quito.

En 1790, Espejo regresó a Quito para impulsar la fundación de la Sociedad Patriótica de Amigos del País de Quito y, el 30 de noviembre de 1791, una sede fue establecida en el Colegio de los Jesuitas. Fue electo su director.

La Sociedad fundó el primer periódico de Quito, Primicias de la Cultura de Quito, publicado por Espejo a partir del 5 de enero de 1792, órgano de esa sociedad, y del que salieron siete números hasta el 27 de marzo de ese año en que dejó de publicarse. A través de este diario, las ideas liberales, en cierto modo ya conocidas en otras partes de Hispanoamérica, fueron difundidas entre la gente de Quito. El 11 de noviembre de 1793 Carlos IV disolvió la sociedad.

La Sociedad fundó el primer periódico de Quito, Primicias de la Cultura de Quito, publicado por Espejo a partir del 5 de enero de 1792, órgano de esa sociedad, y del que salieron siete números hasta el 27 de marzo de ese año en que dejó de publicarse.

En 1793, las autoridades trataron de deshacerse de Espejo, a quien motejaban de "rencilloso, travieso, inquieto y subversivo", designándole médico de una expedición científica a los ríos Pará y Marañón. Espejo se negó a este juego y fue arrestado, aunque al poco tiempo quedó libre por falta de pruebas. A Espejo no le quedó otra opción más que trabajar como bibliotecario en la Biblioteca Nacional.

Habiendo perdido la poca fe que le quedaba en la monarquía, llegó a creer que no existía otra solución que cambiar las estructuras políticas vigentes. Escribió sermones para su hermano cura a fin de difundir estas ideas. Se volvió activista; en las cruces de Quito amanecieron banderolas escarlatas con el lema: "Al amparo de la cruz, sed libres, conseguid la gloria y la felicidad".

Debido a sus ideas liberales, fue apresado el 30 de enero de 1795, acusado de conspiración por su desafiante acción con las cruces. Solamente le permitieron dejar su celda para tratar a sus pacientes como médico y, el 23 de diciembre de 1795, para morir en su hogar a causa de la disentería que adquirió durante su cautiverio. Falleció el 27 de diciembre de 1795”

(Resumen de la biografía de Wikipedia).

JOSÉ ABEL CASTILLO, PRIMERA DENUNCIA DE CORRUPCIÓN ERA REPUBLICANA

Habían pasado recién 65 años de la constitución de la república del Ecuador cuando se dio el primer caso de corrupción en la cúpula. Lo lideró Caamaño que, engolosinado con el poder, en el gobierno de Luis Cordero (presidente 1892-1895) se hizo elegir gobernador de Guayaquil y por muchas monedas ‘vendió nuestra bandera’. Descubierto, huyó a vivir plácidamente en Europa.

Dejemos que los historiadores cuenten la historia:

“Los agentes del Japón, Charles R. Flinttand Col. de Nueva York se pusieron en contacto con el gobierno de Chile, interesados en el barco Esmeralda. Pero Chile, que había declarado su neutralidad en la guerra entre China y Japón, estaba impedido de vender armas o navíos a uno de los beligerantes. Flint, entonces, buscó un intermediario que no hubiese declarado esta neutralidad”. Era Ecuador. “El Esmeralda debía navegar hasta Honolulu con bandera ecuatoriana, simulando un viaje de prueba, terminado el cual, Ecuador podría comprarlo...Era, en realidad, un préstamo de la bandera, en verdad un contrabando internacional que despertó curiosidad y censuras en el mundo entero, especialmente en América… el escándalo fue decisivo en ayudar a la revolución liberal”.

Ayer como ahora, el “contrabando internacional” -equivalente a los actos corruptos en nuestros días- se descubrió por la prensa. ¿Vendría a ser esta la primera denuncia periodística de la era republicana?

“El primer mensaje telegráfico descifrado por José Abel Castillo, Director entonces de ‘El Diario de Avisos’ fundado el 19 de febrero 1888, más tarde El Telégrafo, estaba dirigido por el Cónsul del Ecuador en Nueva York, Modesto Solórzano, a (Plácido) Caamaño, Gobernador de Guayaquil (y decía):

“Flint (un agente de negocios) propone en nombre del gobierno de Chile que el Gobierno del Ecuador tome bajo su nacionalidad el buque de guerra Esmeralda, para conducirlo directamente a Honolulu, donde la nacionalidad se cambiará de acuerdo con las instrucciones que se darán por el Gobierno de Ecuador. En consideración al servicio, Chile ofrece al Ecuador completo apoyo moral y materiales de guerra en caso necesario. Consulte inmediatamente al Gobierno de Quito para enviar instrucciones al Cónsul del Ecuador en Valparaíso”.

La casa comercial Flint hacía, al mismo tiempo, de corresponsal en los Estados Unidos de comerciantes parientes de Caamaño, que habían obtenido contratos con el Estado, repudiados por la prensa de oposición.

Otro mensaje descifrado por José Abel Castillo, decía: “Traduzca con mucho cuidado. Flint ofrece dos mil doscientos cincuenta libras en privado para nosotros. Procure conseguir resultado favorable”. Y la confirmación a este cablegrama fue así: “Sírvase prestar gran atención al telegrama del cónsul. Flint”.

Esto ocurría el 16 de octubre de 1894.

El 19, Caamaño cablegrafió a Solórzano: “Conteste a Flint que tengo mucha dificultad con las autoridades de Quito, y usted procure obtener la recompensa. Contésteme”.

A lo que le respondieron que recibiría la comisión cuando el buque fuera entregado al Japón o, por lo menos, cuando fuera despachado a Honolulu con bandera ecuatoriana.

El presidente Luis Cordero, por fin, autorizó la negociación, en telegrama al Gobernador del Guayas, el 20 de octubre. “Cordero, sin duda, fue inocente. Hombre honorable, pero ingenuo, parece haber creído que, por ese medio, tan desusado, por decir lo menos, conseguiría el apoyo de Chile para la solución de nuestro conflicto con el Perú… Históricamente por desgracia, nada salva de responsabilidad a Luis Cordero…”

El contrato de venta, entre el Gobierno del Ecuador y de Japón, se firmó en Nueva York el 23 de noviembre de 1894, por el cónsul Solórzano y el ministro japonés. El 3 de diciembre, Caamaño empezó a reclamar su comisión, cuyo monto, que sufrió rebajas y después aumentos, debido a las dificultades del negocio y al regateo, ascendió a cuatro mil libras esterlinas. Véase este telegrama de Solórzano a Caamaño, fechado el 5 de diciembre: “La gratificación de 4 mil libras será pagada al contado a la final y segura entrega del buque…”

Pero el 10 de diciembre, Caamaño cablegrafió: “Sin posteriores noticias no telegrafíe en ningún caso. Gran excitación hoy”.

Era que el pueblo decidió hacer justicia...

Un día, en Guayaquil amanecieron cubiertas de mantos negros las estatuas de los próceres. Los balcones de la casa de Caamaño fueron amenazados por la multitud. En las cantinas del suburbio montuvio, se alzó el bronco grito rebelde de ¡Viva Alfaro! Corrió por los cuatro lados de la República el poderoso viento de la renovación… En Quito, el pueblo patriota fue ametrallado porque gritaba a diario en las calles…: “Presidente, Presidente, ¿qué has hecho con la bandera?”

La debilidad de Cordero lo conducía a la ruina. Nada podía contra el potentado don Plácido. Y nada tampoco a pesar de los muertos en los motines, contra el pueblo…

Una asamblea popular en Guayaquil designó un comité investigador… pidió el 4 de enero de 1895 al Presidente de la República su renuncia… Plácido Caamaño publicó una aclaración descargando su responsabilidad en el Gobierno. Después, don Plácido, una medianoche fugó del país.

Nunca se supo si don Plácido recibió o no la comisión, si la pagaron los intermediarios o si la birló alguno de los socios en el negociado. Caído y prófugo, Caamaño no era ya necesario para los mercaderes. Algunas aclaraciones se publicaron para probar la pobreza en que vivió después…

Caamaño fugó, pero Cordero quedó convertido en víctima.

Y empezó la lucha armada… Las alegres montoneras se extendieron por el Norte, por el Centro, por el Litoral.

En abril, el presidente Cordero dimitió después de la sublevación de un batallón en Quito, el “Flores”, que se batió contra un regimiento de artillería.

Le sucedió el vicepresidente Vicente Lucio Salazar, conservador que pretendió detener lo incontenible -la revolución liberal- con prisiones y destierros.

Las muchachas cantaban por las calles:

“Ladrones los de La Argolla,/

Vendieron nuestra bandera,/

Y nos salen con la farsa/

De que fue la de Noguera”.

(Narraciones de libros: ‘Ecuador, la república de 1830 a nuestros días’, de Alfredo Pareja Diezcanseco, e ‘Historia del Ecuador, época republicana’, de Enrique Ayala Mora Mora).

EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN DESDE FINES DEL SIGLO XX

El Periodismo de Investigación tiene una presencia fuerte en Ecuador y vale hacer un recorrido histórico para dar a conocer, tanto a los nuevos periodistas como al público en general, la génesis de esta especialidad en nuestro medio, a través de una revisión de los temas más importantes y los periodistas que los ejecutaron.

Ese es el objetivo de este relato histórico digital resumido sobre el Periodismo de Investigación en Ecuador desde los años 80, cuando empezó a practicarse como se hace hoy.

La idea surgió luego de la revisión de los archivos de la revista Vistazo desde 1957 hasta el 2005. En sus páginas se pudo ver que en el pasado existieron ‘denuncias periodísticas’, pero tocaban básicamente la problemática social. Describían la vida en los suburbios, en el campo. Contaban historias de asesinatos, robos, crónica roja, en general. Las denuncias de corrupción en los cuales estaban involucrados ciudadanos con funcionarios del Estado, específicamente, eran por contrabando. Un tema de corrupción duro que involucraba al Estado e impactó mucho fue la compra de armamento chatarra a precio de nuevo, negocio en el cual estaban involucrados altos funcionarios del gobierno que tambaleó tras ese hecho.

EL MODELO NORTEAMERICANO

El Periodismo de Investigación, como lo vemos ahora, tomó forma a partir de la denuncia ‘Watergate’, en Estados Unidos, años 72-75, que terminó con un hecho político histórico: la renuncia del presidente Richard Nixon. Eso le dio impulso, prestigio, al Periodismo de Investigación que denuncia actos de corrupción en los cuales aparecen involucrados personajes públicos, el poder.

Cinco hombres fueron descubiertos por la policía cometiendo un robo en el cuartel general del Comité Nacional Demócrata en Washington. Los periodistas del Washington Post Carl Bernstein y Bob Woodward comenzaron a reportar sobre el asunto.  Con la ayuda de una fuente conocida como “Garganta Profunda”, más tarde identificada como el oficial del FBI, Mark Felt, escribieron una serie de artículos que concluyeron con la revelación del escándalo de Watergate. Aparentemente la intención de esos hombres fue robar documentos con denuncias de supuestos financiamientos sucios de la campaña republicana. Esa denuncia provocó la única renuncia de un presidente de Estados Unidos, Richard Nixon.

La historia fue de impacto a nivel mundial y dio mucho valor al Periodismo de Investigación que se desarrolló con una característica especial: el trabajo en equipo. Le dieron un nombre: ‘Unidad de Investigación’. Funcionaba como una pequeña redacción dentro de las grandes redacciones, con periodistas dedicados exclusivamente a la investigación de hechos políticos, delincuenciales, económicos, sociales, etc.

COLOMBIA, PERÚ, ARGENTINA

En la versión inicial sobre el periodismo de investigación publicada en esta página, omitimos un detalle: ¿cómo influyó Watergate en el periodismo latinoamericano? Mucho. Colombia, un país con grandes conflictos de guerrilla, paramilitares y narcotráfico, asimiló ese estilo de denuncia periodística con fuerza. Lo resume Juan Carlos Calderón en su libro ‘Periodismo de investigación’.

“Desde entonces (Watergate), los periodistas trabajaban en la redacción de sus diarios con la secreta ambición de querer tumbar Presidentes. La emoción llegó primero a Colombia donde, a fines de la década de los 70, se conformó la Unidad de Investigación del diario El Tiempo, de Bogotá, que duró hasta 1986. Estuvo dirigida por el periodista Daniel Samper Pizano, considerado el padre del periodismo de investigación en Colombia.

Pero, anterior a él, también suele citarse como ejemplo al periodista colombiano Germán Castro Caicedo (fallecido el 2021)…

Como ayudante de Samper en El Tiempo, se destacó un joven reportero investigador, Gerardo Reyes. Él es ahora un reportero de la sección internacional del Miami Herald (después estuvo como director de Univisión Investiga), después de haber dirigido la Unidad de Investigación en Colombia.

El periodismo de investigación en Colombia cayó en ‘desuso’ luego de los asesinatos a los periodistas que empezaron a denunciar al narcotráfico. La mayoría de ellos, incluido Samper, debieron abandonar su país bajo amenazas de muerte…

Si bien la década de los 80 es para el periodismo colombiano de estancamiento, en los demás países (de América Latina) empieza a crecer a la par de la instauración de los regímenes democráticos. Es en Argentina, entonces, donde los periodistas de investigación lucen sus armas para denunciar las atrocidades de la dictadura militar y luego las corruptelas de las que se acusó al gobierno de Carlos Menem. Se destacan periodistas como Horacio Vertvinsky (Robo para la corona, El vuelo)…

El periodismo de investigación del Perú, en los largos años del gobierno de Alberto Fujimori destapó diversos escándalos de corrupción gubernamental y, ante todo, de corrupción militar. Las vinculaciones de los militares con el narcotráfico, los excesos de la guerra contra Sendero Luminoso, los latrocinios en la compra de armas…

El más representativo de los periodistas peruanos es Gustavo Gorriti, quien por sus denuncias debió abandonar el Perú luego del golpe dictatorial de Fujimori. Gorriti fue recibido entonces en el diario la Prensa de Panamá, desde cuyas páginas denunció también la corrupción en el gobierno de Pérez Balladares y sus presuntas vinculaciones con del narcotráfico”. (Fuente: libro ‘Periodismo de investigación’, de Juan Carlos Calderón Vivanco. Páginas 15, 16, 17. Editorial Quipus, CIESPAL. Quito Ecuador. Julio 2005).    

LOS PIONEROS EN ECUADOR

La prensa ecuatoriana empezó a interesarse por esta tendencia y a crear ‘unidades de investigación’ con periodistas dedicados exclusivamente a investigar temas específicos. Las primeras denuncias se vieron en televisión, en los años 80. Son inolvidables las denuncias en contra de Rodrigo Borja realizadas en 1984 por Gloria Gallardo de Carbo y Cristina Tamayo (fallecida). El candidato rival de Borja a la presidencia de la república era, entonces, León Febres Cordero.

Pronto la revista Vistazo convertía a su redacción en Quito en una ‘Unidad de Investigación’ que la dirigía María Albán Estrada (fallecida), un personaje que merece ser rescatado como iniciadora del periodismo de investigación en Ecuador.

MARÍA ALBÁN ESTRADA

Sus datos personales los extrajimos de dos entrevistas que le hizo el diario El Comercio de Quito.

Ella nació en Guayaquil en 1939. Se graduó de bachiller en Arlington, Virginia, Estados Unidos, obtuvo varias becas y acudió a seminarios.

Ejerció el periodismo libremente.

Con solo 12 años en el periodismo, María decidió especializarse en investigación, en forma intuitiva.

En Estados Unidos desarrolló trabajos en periodismo de investigación en Nueva York, Missouri, Kansas, Washington y San Francisco.

De regreso a Ecuador, fue directora de la junta evaluativa de programas vivos de Canal 8.

Editora de la revista Vistazo, en Quito (1986-1988). Armó su equipo con Juan Pablo Muñoz, Hernán Reyes y Cecilio Moreno.

Con Juan Pablo escribió el libro ‘Con Dios todo se puede’ que reveló la incursión de sectas religiosas en el país (1987). Fue el libro más vendido del año y se hicieron siete ediciones.

María también escribió el libro ‘Las financieras, el atraco del siglo’ (1993).

Por enfermedad renunció a su cargo de editora de Vistazo, pero continuó ligada a esta revista como redactora especial.

Fue la primera en ganar el famoso concurso de periodismo del Ecuador ‘Jorge Mantilla Ortega’ (1990), organizado por el diario El Comercio. Lo recibió por la entrevista al embajador de Estados Unidos titulada: “Richard Holwill: confesiones de un Embajador”, publicada en Vistazo (10 de noviembre 1989).

Después fue directora de la Unidad de Investigación de Expreso, redactora especial de El Comercio, editorialista y redactora especial de El Mercurio de Cuenca, colaboradora de la  revista Diners, El Universo, Últimas Noticias.

Fue consultora de relaciones públicas del Ministerio de Bienestar Social, profesora de literatura y de inglés.

TRANSCRIPCIÓN DE ENTREVISTAS A MARÍA ALBÁN

(Transcribimos las dos entrevistas que el diario El Comercio le hiciera luego de que ganara el ‘Premio Mantilla Ortega’, y no constan en la red).

 ‘Vivir comunicando’

“Es el periodismo investigativo lo que me mantiene viva”, dice María Albán, sentada en un sillón, rodeada de obras de arte, libros, documentos apilados los unos sobre los otros.

La tarde se va haciendo poco a poco: su historia, aquella en la que se conjugan el deseo de sacar a la luz lo estrictamente prohibido y la lucha tenaz contra una enfermedad, toma forma.

Tiene 51 años, su voz es la suma del acento costeño y tantas anécdotas como hechos históricos existen. Desde la década pasada viene incursionando en esta tarea que, al decir de Daniel Samper, exige un par de buenas piernas, porque hay que caminar bastante; perseverancia, ojo y olfato… entrenados con la práctica.

El mes pasado se constituyó en la primera ganadora, en la categoría reportaje del premio Jorge Mantilla Ortega.

En su texto, “Richard Holwill: confesiones de un Embajador”, en la revista Vistazo del mes de noviembre, María Albán puso en práctica todas las cualidades necesarias para obtenerlo.

Al final de la nota, cuando las declaraciones del ex Embajador de los Estados Unidos habían caído como plomo sobre el papel blanco, su firma cerraba un capítulo de su labor periodística y abría otro: la sociedad ecuatoriana –en particular las Fuerzas Armadas- y el cuerpo diplomático en pleno analizaban las interrogantes dejadas por las opiniones de Holwill.

El resto es de conocimiento público: el Embajador se marchó poco después. Estados Unidos invadió Panamá (Noriega, como presagiaba su reportaje, fue detenido), los militares ecuatorianos revalorizaron su tarea empresarial, etc.

El impacto, imprescindible en periodismo, se había dado.

Citas de María Albán:

“El premio Jorge Mantilla marca un hito en la comunicación de masas. Con él, los comunicadores tenemos una mira, un referente que nos permitirá percibir nuestro trabajo de una manera más productiva”.

“Los premios dan aliento a nuestro trabajo, no sirven para pavonearse. Me ha gustado ganarlo, más no tenía expectativa alguna. Aquí se hace excelente periodismo”.

“Considero que no solo es un incentivo para mí, sino para todos quienes hacemos periodismo”.

“Aquel que hace investigación en comunicación tiene que tener una mística. Somos gente con ideales, a los que pueden llamarnos utópicos, pero que creemos que crear conciencia en el pueblo de sus derechos, de la injusticia, es necesario”. (Entrevista del diario El Comercio a María Albán, 10 de julio 1990).

 ‘María Albán, pionera en investigación’

La última vez que este Diario la entrevistó fue una tarde, en su casa, mientras la historia se iba deslizando poco a poco: su historia, aquella en la que se conjugaban el deseo de sacar a luz lo estrictamente prohibido y la lucha tenaz contra una enfermedad, tomaba forma.

Tenía 51 años cuando ganó el premio de periodismo Jorge Mantilla Ortega. Fue la primera periodista que obtuvo el galardón en la categoría Reportaje de Investigación.

Hoy ya no está, pues finalmente la venció una terrible enfermedad.

Pero de esta mujer inolvidable aún permanecen su huella, su palabra, su testimonio, su valiente manera de hacer prensa, su visión para entender que la investigación sería, con los años, la clave del buen periodismo en el Ecuador.

Desde los años ochenta incursionó en una tarea que, según el periodista colombiano Daniel Samper, uno de los más prominentes en la especialidad, exige un par de buenas piernas, porque hay que caminar bastante: perseverancia, ojo y olfato entrenados con la práctica.

En su entrevista “Richard Holwill: confesiones de un embajador”, en la revista Vistazo (10 de noviembre 1989), con la cual ganó el premio Jorge Mantilla Ortega, María Albán puso en práctica todas las cualidades necesarias para obtenerlo.

La entrevista tuvo un impacto inédito en el Ecuador. Las declaraciones del ex Embajador de los Estados Unidos provocaron revuelo y estremecieron a los poderes del país, tanto así que las Fuerzas Armadas (una de las instituciones más criticadas por Holwill en la nota periodística) se vieron obligadas a repensar su tarea.

Esa es la función y el destino del buen periodismo: relievar hechos para que la propia sociedad tome decisiones y cambie lo que se debe cambiar.

Y fue por la trascendencia del trabajo que María obtuvo el galardón.

“Los premios dan aliento a nuestro trabajo, no sirven para pavonearse. Me ha gustado ganarlo, mas no tenía expectativa alguna. Aquí se hace excelente periodismo”, decía.

El trabajo con el que ganó el galardón fue, en lenguaje sencillo “poner el dedo sobre la llaga”.

Pero eso fue resultado de una larga indagación en la cual ella averiguó que el personaje tenía dimensiones más profundas de las que parecía.

Tras esas averiguaciones llegó a la conclusión que en el Ecuador se lo minimizaba sin razón y descubrió a través de la lectura de libros en Estados Unidos que el ex Embajador había intervenido en el plan de gobierno de Ronald Reagan, en especial en los temas de armamentismo y desarme”. (Fuente: Libro ‘JMO. Los premios Jorge Mantilla Ortega 1990-2010’. Edición: Grupo El Comercio. Dirección general: Marco Arauz. Editor: Rubén Darío Buitrón. Primera edición: 30 septiembre 2010).

MARIANA NEIRA

La casualidad convirtió a quien redacta este texto en sucesora de María Albán. A comienzos de los 80, por algún motivo, ella llegó a la redacción del diario El Comercio de Quito. Saludamos brevemente y nunca más la volví a ver. Por 1988 fui a un concierto de música clásica en el teatro Sucre de Quito. Durante el receso musical salí con mis acompañantes al corredor del teatro y, con gran memoria gráfica, María se acercó y me preguntó: ¿Tú trabajas en El Comercio? Trabajaba, le respondí. Ella me contó que estaba dejando su cargo de editora de la revista Vistazo en Quito y, a breves rasgos, me contó que lo hacía por una enfermedad crónica. ¿Y ahora qué estás haciendo?, me preguntó y le respondí: nada, porque estaba sin trabajo. Me dijo que había leído mis notas y me recomendaría a la editora general de Vistazo, Patricia Estupiñán de Burbano, para que me contratara. La respuesta fue inmediata, Patricia me llamó y, primero, me dio la oportunidad de ser colaboradora, al poco tiempo, coordinadora, después, editora de Vistazo en Quito.

Del equipo de María quedó únicamente Cecilio Moreno con quien pusimos a funcionar la nueva Unidad de Investigación a la que incorporamos a jóvenes reporteros, entre ellos, Elsie Andrade, Pablo Salgado (que colaboraba básicamente con temas culturales), Fernando Salme, Carla Maldonado, Fausto Yépez y Christian Zurita que debían realizar investigaciones. A ellos se sumaron periodistas experimentados como Juan Carlos Calderón y Rubén Darío Buitrón, pero quienes se mantuvieron toda la década del 90 en Vistazo Quito, haciendo periodismo de investigación, fueron Cecilio, Fausto y Christian.

En Vistazo Guayaquil estaba Patricia Estupiñán de Burbano de Lara (editora general) con su equipo conformado por Carlos Jijón, Pilar Ortiz, Paulina Trujillo, Fernando Artieda.

Los dos equipos destacaron y casi todos ganaron por lo menos un ‘Premio Jorge Mantilla Ortega’.

Quien escribe este texto obtuvo una mención compartida con Patricia Estupiñán de Burbano por el artículo ‘Las empresas militares’, publicado el 23 de noviembre 1989, y un primer premio compartido con Cecilio Moreno por el tema: ‘Mala práctica médica’, publicado el 5 de julio 1990.

(Transcribimos las entrevistas que el diario El Comercio nos hiciera cuando se conmemoraron los 10 años del ‘Premio Mantilla Ortega’. Estos textos no constan en la red).

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA A MARIANA NEIRA

Prensa para conmover al poder’

“Ocasionalmente, Mariana Neira suele preguntarse: ¿por qué me hice periodista? Repasando la vida se responde: porque nunca faltó el periódico en casa. Tampoco revistas, libros. Y nada le hacía más feliz que leer y escribir. En la secundaria empezó a formar los versos. No creyó que pasaría de allí hasta cuando le tocó elegir una profesión. Periodismo, dijo, alentada por el espíritu aventurero de la edad. Quería viajar por el mundo como las periodistas que escribían en las revistas famosas.

Ya en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Quito empezó a ver más allá de la aventura.

Recorriendo el centro de la ciudad sus ojos fueron descubriendo algo que todos los días veían, sin ver, porque estaban acostumbrados a los cuadros de la miseria.

Al observarlos detenidamente fue cuando se dio cuenta de que había gente sin techo, sin trabajo, sin dinero, durmiendo en las calles; con proble3mas de analfabetismo, salud, desnutrición.

El centro de Quito fue para Mariana Neira la universidad de la vida, la que le hizo comprender que debería usar el periodismo para exponerle al público ese desamparo y para conmoverle al poder. Es lo que ha tratado de hacer en los años que lleva en este oficio.

Empezó con la crónica diaria en el Canal 8 de televisión, en el diario Últimas Noticias y luego por algunos años en el Diario El Comercio.

Continuó en la revista Vistazo donde profundizó más sus técnicas de investigación. En ese medio aprendió a escudriñar y de tanto hacerlo encontró un mundo sórdido.

Se dio cuenta de que el delito no estaba solo en las bajas esferas, sino también en el poder.

Esta corrupción iba desde la simple coima de oficina hasta los grandes contratos con sobreprecio. Tráfico de drogas, de armas, con capos infiltrados en las altas esferas policiales, judiciales, militares, económicas, políticas. Abusos policiales, torturas, que a veces terminaban en asesinatos. Políticos saqueando las arcas fiscales para financiar su exilio dorado. Frente a todo eso, una sociedad civil desprotegida que recurre a los medios con una esperanza de justicia.

Había que exponer estos casos y algo que descubrió en el proceso fue que la investigación periodística funciona mejor cuando se trabaja en equipo. Así elaboró temas como “Mala práctica médica”, que le dio el primer premio Jorge Mantilla Ortega.

A la satisfacción del triunfo se sumó la de develar un asunto que nadie había tomado en cuenta. No existía un ente que controlara y obligara a quien lo cometiese a asumir su responsabilidad.

Otro premio Jorge Mantilla Ortega lo consiguió por denunciar el desvío de dinero y bienes del Estado cometido por instituciones militares hacia empresas privadas, amparándose en la figura de la asociación. Un recuerdo de esa supuesta generosidad, apunta Mariana, son hoteles de lujo y empresas instaladas en recintos castrenses.

Sacar a la luz estos actos tiene su costo: insultos, amenazas, enjuiciamientos. Pero ella siguió adelante convencida de que el riesgo se compensa con la satisfacción de servir a la comunidad que se apoya y confía en los periodistas. Es lo que inculca a las nuevas generaciones que llegan al oficio: cumplir la misión sin amedrentarse ante nada ni nadie.

Mariana Neira entiende el periodismo como la oportunidad de dar la palabra a quien no la tiene. Ser el canal de transmisión de los problemas y aspiraciones de la gente a la sociedad, a los poderes público y privado. Contribuir a exponer los valores e ideas escondidos. Lamentablemente, dice, no siempre es así. Hay periodistas que le dan mucho espacio al poder y poco a la comunidad.

Ejercer el oficio en el Ecuador significa una mezcla de satisfacción y decepción en un país donde la justicia no funciona por principios éticos sino por intereses. Para Mariana, “hay satisfacción porque estás realizando un trabajo que te gusta. También porque puedes sacar a la luz asuntos simples y complicados. Y decepción cuando las autoridades no hacen nada para solucionar los problemas expuestos”.

¿Cómo llegó a participar en el concurso? Cuando empezó este concurso planificado, de alto nivel, confiesa que le invadía la timidez, la inseguridad.

No sabía si participar o no: “Felizmente en Vistazo trabajábamos en equipo y nos estimulábamos. Luego de una autoevaluación resolvimos enviar los mejores temas. Así procedíamos cada año. Después del envío yo prefería olvidarme del asunto para no estresarme. Esperaba el resultado. Cuando ganamos –lo ganamos en equipo-, saltamos hasta el cielo. Finalmente vino la reflexión. El triunfo era una señal de que íbamos por buen camino”.

(Fuente: Libro ‘JMO. Los premios Jorge Mantilla Ortega 1990-2010’. Edición: Grupo El Comercio. Dirección general: Marco Arauz. Editor: Rubén Darío Buitrón. Primera edición: 30 septiembre 2010).

CECILIO MORENO

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA

 ‘Cecilio Moreno, el investigador por vocación’

“Cecilio Moreno Mendoza es un periodista-periodista, de aquellos que no entenderían otra manera de vivir y de existir si no fuera porque tiene el oficio como lo esencial de su cotidianidad. Nació en Milagro, provincia del Guayas, y se graduó como periodista en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil, ciudad sede de la revista Vistazo, donde ha trabajado dos décadas y media junto con su editora Patricia Estupiñán de Burbano.

Algunos de esos años Cecilio Moreno vivió en Quito y trabajó en la revista como reportero investigador.

En aquella época integró el equipo periodístico y de investigación junto con Mariana Neira; su jefa regional, su colega Rubén Darío Buitrón y otros periodistas que, entre otros casos relevantes, pusieron sobre la mesa del debate nacional el caso Restrepo, hecho de enorme significación en la vida del país en la última etapa democrática.

Cecilio Moreno está considerado como uno de los mejores periodistas de investigación que existen en el Ecuador. Está casado y tiene 47 años. Actualmente es editor ejecutivo de la revista Vistazo.

Es colaborador de la revista América Economía Ecuador y se desempeña como profesor universitario.

A pesar de ser uno de los reporteros que ha logrado la mayor cantidad de premios en concursos periodísticos en el país (sobre todo, en el Jorge Mantilla Ortega, en el cual ha ganado cuatro galardones), mantiene la humildad y no se jacta de aquello como una realización personal.

Más bien considera que haber logrado esos premios no es un triunfo personal sino del periodismo de investigación en el Ecuador, al cual “a veces se lo califica de sensacionalista, lo que es solo un mecanismo de defensa de los involucrados”.

Cuando obtuvo el premio por su trabajo “Ruta mortal”, Moreno dijo que esperaba que el impulso que se le dé al certamen generara en los periodistas más preocupación por satisfacer las necesidades de información de la gente, “que cada vez quiere más”.

En la práctica, dice, “el trabajo y el aporte en equipo de la prensa independiente es lo que genera la presión ciudadana que mueve a la justicia”.

Cecilio Moreno asegura que el periodismo de investigación se diferencia de otras formas de reporterismo porque profundiza, indaga, confronta, para revelar lo que el poder público o privado quiere ocultar y no se queda en la simple reseña de hechos que ocurren a la luz pública.

“Una investigación debe mostrar pruebas contundentes, verificadas y verificables”, señala Cecilio Moreno y explica que el proceso de búsqueda intensa de datos para armar una historia o para denunciar un hecho puede durar semanas, meses, inclusive años.

¿En qué se diferencia el periodismo de investigación con el amarillista? “En que este pone sobre la mesa sangre y sexo mientras el otro presenta un problema de interés nacional que exige solución”, precisa.

Para Cecilio Moreno, quién empezó en este oficio con la maestra María Albán, ya fallecida, el que se hayan revelado casos de corrupción a través de este tipo de periodismo “de alguna manera ha decidido el futuro del Ecuador”, directa o indirectamente.

Afirma que no se hubiesen dado cuestionamientos a los gobiernos sin periodistas de investigación.

Profundiza que el objetivo del periodismo de investigación no es llevar a la cárcel a nadie sino, únicamente, revelar los hecho: “la decisión de abrir procesos para sancionar la corrupción corresponde a los organismos de control, y aunque sí produce mal sabor el que no se sancione a los corruptos, al menos cumplimos con nuestra obligación de hacer saber a la sociedad lo que está pasando”.

Un ciudadano bien informado toma mejores decisiones y esto redunda en beneficio de la comunidad, por eso Cecilio Moreno sostiene que “el periodismo de investigación es una herramienta fantástica para fortalecer la democracia”.

En la práctica, “si se quiere ocultar un documento, basta ponerle el sello de reservado”, dice Cecilio Moreno, “pero eso de ninguna manera puede ni podrá impedir que el periodismo ecuatoriano siga en la búsqueda de destapar lo que el poder oculta”. (Fuente: Libro ‘JMO. Los premios Jorge Mantilla Ortega 1990-2010’. Edición: Grupo El Comercio. Dirección general: Marco Arauz. Editor: Rubén Darío Buitrón. Primera edición: 30 septiembre 2010).

CHRISTIAN ZURITA RON

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA

‘Christian Zurita Ron’

“Fumar después del almuerzo se convirtió en un rito en las afueras de la revista Vistazo, en Quito. Cada tarde se juntaba con Simón Espinosa Cordero y encendía cigarrillos en la tienda, mientras daba rienda suelta a sus ideas: Simón le hablaba de Tomás de Aquino, de San Agustín, de su poeta favorito, Antonio Machado. De Humberto Eco. De su padre, un médico que dio la vida por sus pacientes.

Era un encuentro de media hora que marcaba a Christian Zurita Ron. Casi siempre en silencio, trataba de buscar la frase que permitiera exponer lo que había comprendido. Simón, el gran escritor, el historiador, el filósofo, el periodista, el pensador, le regalaba día a día unos minutos y al final siempre sonreía.

Corría marzo de 1993 y Christian no llegaba a los 23 años. Recuerda que la editora de Vistazo en Quito, Mariana Neira, se las jugó y decidió contratarlo. Por un sueldo de 200 mil sucres debía colaborar en la construcción de la base de datos de esa revista; cada reportaje, con fechas y detalles, debían digitalizarse en una ficha de un programa informático denominado Onix.

Ese era su trabajo, leer la revista de principio a fin. Aparte del archivo de notas se le encargó ubicar y obtener información documental. Lo que los periodistas de investigación denominan ‘datero’, el tipo que siempre puede sacar la información que necesitas. Recuerda que había pedidos como este: “Christian, hay una nota de prensa aparecida en el año 69 sobre narcotráfico en el puerto de Guayaquil, consígala”.

Pocas veces fracasó en la búsqueda porque pensaba que de no obtener la información sería su último día de trabajo. La facilidad de identificar y obtener todo tipo de recortes de prensa, juicios antiguos o documentos gubernamentales ha sido una bendición para su trabajo.

Pero Mariana Neira no tenía concesiones, enseñaba el oficio casi corriendo y era imposible ir a su ritmo. “Aprenda a unir los cabos sueltos”, le repetía. Zurita debía ir junto a ella en sus investigaciones sobre las industrias militares, sobre el narcotráfico, la corrupción policial y gubernamental, los derechos humanos.

Hace memoria sobre la primera vez que su nombre apareció en los créditos de los reportajes: fue un trabajo de Carlos Jijón Morante sobre la guerrilla ecuatoriana llamada Sol Rojo. Pasó muchos días identificando juicios en contra de los supuestos guerrilleros. Identificaron el juicio de uno de ellos y periodísticamente fue una satisfacción. Al mirar en retrospectiva, pocos tienen la posibilidad de debutar en un medio con un tema tan complejo.

No olvida tampoco las enseñanzas de Patricia Estupiñán, editora general de Vistazo, que tuvo paciencia con sus continuos errores. “Vuelva a leer el manual de estilo y repita la nota, el perfil de una persona pública no puede reflejar únicamente una faceta de su vida, debe mostrarlo tal como es, todos tenemos lunares, busque esos lunares y escríbalos”, le decía.

En el 2000 se despidió de ese medio, reconociendo que fue una gran escuela de periodismo…”

(Fuente: Libro ‘JMO. Los premios Jorge Mantilla Ortega 1990-2010’. Edición: Grupo El Comercio. Dirección general: Marco Arauz. Editor: Rubén Darío Buitrón. Primera edición: 30 septiembre 2010).

JUAN CARLOS CALDERÓN

El equipo de Vistazo Quito contó por corto tiempo (1996 1998) con la colaboración de Juan Carlos Calderón, como redactor investigador, y su aporte fue importante porque llegó con la experiencia que había adquirido en el suplemento Blanco y Negro, del Diario Hoy, donde realizó varios temas de investigación. Los detalles sobre esta etapa profesional los narró en su libro ‘Periodismo de investigación’ donde también presenta los temas más destacados que escribió.

Una de sus primeras denuncias publicadas en el diario Hoy, en mayo 1994, fue ‘Sol Rojo, juego para armar’. La realizó con el editor, Diego Cornejo Menacho. Trató de “la sorpresiva ceremonia  de entrega de armas del grupo subversivo Sol Rojo, a las Fuerzas Armadas… sin que hubiesen disparado un solo cartucho”. Este reportaje ganó el premio Símbolos de Libertad en 1994.

En febrero 1996 publicó una denuncia impactante: ‘La mano amiga’. “Fue la primera revelación de las actividades de la red de Luis Peñaranda. El trabajo de campo y la adquisición de documentos y testimonios fueron realizados, en su mayor parte, por la reportera María de los Ángeles Erazo, y el reportaje fue dirigido y escrito por el autor (Juan Carlos Calderón).

Colegios recibían “donaciones” de computadoras, pupitres, bibliotecas y equipos audiovisuales por parte del diputado Daniel Álvarez Tenorio, a cambio sus directivos eran obligados a firmar contratos con empresas preseleccionadas por quienes les daban un cheque de 50 millones de sucres…”

En mayo 1996, publicó otro tema de impacto: ‘Contra manglar y marea’. Denunciaba irregularidades, con intereses ocultos, en la ampliación del aeropuerto Los Perales de Bahía de Caráquez, registradas durante el gobierno de Sixto Durán Ballén. Este artículo ganó el premio nacional de periodismo Símbolos de Libertad de 1996, en la categoría Mejor Reportaje en Prensa. (Fuente: libro ‘Periodismo de investigación’, de Juan Carlos Calderón Vivanco. Páginas 26, 69, 89. Editorial Quipus, CIESPAL. Quito Ecuador. Julio 2005).

Juan Carlos llegó a trabajar como redactor de Vistazo a fines de 1996, justo cuando el gobierno de Abdalá Bucaram daba rienda suelta a un cínico reparto del dinero del Estado entre familiares y funcionarios, algunos de los cuales, 25 años después aparecen nuevamente involucrados en casos de corrupción.

Fueron tantas las denuncias que para confirmarlas hubo que cambiar la estrategia de investigación: darle prioridad al trabajo en equipo. Este equipo lo integramos quien escribe este libro (MN), Juan Carlos Calderón, Cecilio Moreno, Fausto Yépez, Christian Zurita. Los periodistas con más experiencia dirigíamos el proceso: los jóvenes buscaban los datos y apoyaban con las entrevistas.

Los temas de mayor impacto fueron: ‘La mochila de emergencia’ (diciembre 5, 1996); ‘Los cheques del último día’ (febrero 20, 1997); ‘El gran festín de los gastos reservados’ (marzo 6, 1997); ‘El atraco de la mochila escolar’ (marzo 20, 1997); ‘La gran vida de Peñaranda en Miami’, (octubre 16, 1997), realizado por Cecilio Moreno que ganó el Premio Jorge Mantilla Ortega.

El nivel de corrupción se observa en esta anécdota narrada por Juan Carlos Calderón: “…el ex vicepresidente de la república, Blasco Peñaherrera, en el programa ‘Buenos días’, de Diego Oquendo, dijo tener en su poder las copias de cinco cheques por 11 mil millones de sucres que fueron pagados por el Banco Central del Ecuador a ‘un tal Miguel Lara’, el último día del gobierno bucaramista…

La hipótesis fue que funcionarios del ex régimen, y hasta el propio Bucaram, se habían llevado ese dinero.

Los objetivos fueron dos: saber quién era Miguel Lara y qué hizo con el dinero cobrado.

(Dos funcionarios del Banco Central confirmaron) haber pagado esos cheques en dos partes, ese 6 de febrero… quedaba localizar a Miguel Lara.

…si alguien cobra cheques de la Presidencia, debía estar cerca de esa función. Investigaciones anteriores le habían dado a Mariana Neira, jefa de la oficina de Vistazo en Quito, datos sobre los policías asignados a la Presidencia, y, efectivamente, entre ese personal se encontraba Miguel Lara. ¡Bingo! Una fuente de la Policía nos consiguió los datos completos del agente…

A Lara se lo ubicó exactamente en la oficina del Palacio de Carondelet… Fausto Yépez, reportero de la revista, fue el encargado de abordarlo. Lara negó en principio ser el hombre que cobró los cheques, pero ante la evidencia lo admitió. Sin embargo, dijo que no hablaría mientras no se lo autorizara el comandante de la Policía. Explicado el caso, el jefe policial no pudo sino autorizar ese pedido. Y Miguel Lara le contó a Vistazo y al país que cobró ese dinero por orden del secretario personal del presidente Bucaram, Oscar Célleri, y que se lo entregó en sus manos la tarde del 6 de febrero, en varios sacos que contenían 2.200 fajos de billetes de 50 mil sucres cada uno…

La investigación de Vistazo pasó a ser la acusación principal en la primera orden de prisión que se dictó en contra del ex presidente…”

(Fuente: libro ‘Periodismo de investigación’, de Juan Carlos Calderón Vivanco. Páginas 26, 69, 89. Editorial Quipus, CIESPAL. Quito Ecuador. Julio 2005).

LAS DENUNCIAS MÁS IMPACTANTES DE VISTAZO 1988-2000

En los archivos de Vistazo observamos que esta revista, antes de la década de los 80 publicaba crónicas de delitos comunes, accidentes, con información policial y judicial reforzada con lo que el periodista había visto en el lugar de los hechos, más alguna entrevista. Ahí terminaba la investigación.

Pero, recogiendo experiencias de otros países, desde los años 80 la revista decide impulsar la investigación de la corrupción dentro del Estado ecuatoriano que era muy comentada, sin embargo, casi no tomada en cuenta por el periodismo nacional. Entonces, revierte su línea editorial: de la crónica roja de todos los días pasa a la investigación profunda de los crímenes, del robo y de todos los delitos. En ese caminar se empieza a develar el lado oscuro del Ecuador, llamado ‘isla de paz’. Aquí se movían bandas, mafias que manejaban la corrupción, el narcotráfico con sus afines: sicariato, guerrilla, paramilitares. Y en estos hechos aparecían involucrados algunos funcionarios del Estado y empresarios. Esta información se le entregaba al público y a la justicia para que investigara.

Por el cambio en la línea editorial, en el período 1988-2000 la denuncia de hechos de corrupción adquirió una gran fuerza, pero costó posicionarla porque hubo luchas al interior de la empresa con personas que no estaban de acuerdo con tocar a tal o cual personaje y con quienes se sentían afectados por las denuncias. Al final, con un manejo sutil y pragmático, los directivos vencieron a la resistencia y la denuncia ganó su espacio.

En un cuadro adjunto anotamos los títulos de los temas que más conmovieron a los lectores, divididos en grupos: 1 Corrupción, 2 Derechos Humanos, 3 Narcotráfico, 4 Delitos Comunes Accidentes, 5 Problemas Sociales Políticos. En esta lista constan los cinco temas que ganaron el ‘Premio Jorge Mantilla Ortega’ del diario El Comercio (subrayados con amarillo).

El título de cada tema da una idea de las denuncias. Algunas tuvieron gran impacto por la cantidad y calidad de los datos con los cuales se construyeron las historias publicadas, a veces, en varios artículos (series). Casi todos los temas fueron exclusivos o primicias.

Cada artículo tenía sus anécdotas, por ejemplo, la primera denuncia: ‘Carro para unos pocos’, trataba de la importación de autos pequeños con algunas exoneraciones tributarias que, se dijo, serían vendidos al público a bajo precio, pero se repartieron entre amigos del gobierno. Estaba involucrado un ministro y por su reclamo, la autora estuvo a punto de hacer debut y despedida.

Corrupción’. Las denuncias iniciales fueron sobre negocios irregulares de militares a quienes nadie se atrevía a tocarlos, porque ellos, como los policías, eran casi reverenciados por los civiles, inclusive por los periodistas. El tema ‘Los tanques del negocio’ trataba sobre una compra de tanques de guerra durante el gobierno socialcristiano de León Febres Cordero, cuestionada por su costo y calidad. Hubo un intento fallido de la cúpula militar de impedir la circulación del artículo.

Un año cuatro meses después, cuando ya había llegado al poder Rodrigo Borja, durante una reunión del consejo editorial recordé haber escuchado a un prestigioso periodista decir que las Fuerzas Armadas ecuatorianas tenían empresas que producían desde zapatos hasta ropa, autos y equipos militares dentro de los cuarteles, con personal militar y recursos del Estado. Era una competencia desleal a la empresa privada y al editor general, Alfredo Pinoargote, se le ocurrió que durante la entrevista al embajador de Estados Unidos que estaba programada, se le preguntara sobre este tema. Su posición crítica fue una bomba. En artículos posteriores, junto con Patricia de Burbano que se reintegró a la redacción luego de una licencia médica, contamos detalles sobre cada una de las empresas militares. Este tema resintió a los militares.

Tres años después (junio1992) se dio el Operativo Ciclón contra los ‘Reyes Magos’ dedicados al narcotráfico. Era el primer cartel descubierto en Ecuador y había tenido vínculos con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar. Con ellos estaban relacionados un general, un contralmirante y bancos vinculados a las Fuerzas Armadas. (La lista de estos temas de ‘Narcotráfico’ consta en el cuadro adjunto).

La relación de los militares con la revista se deterioró tanto que en enero 1995 le bajaron del helicóptero al primer equipo de la revista que intentaba ir al Cenepa para realizar crónicas sobre el enfrentamiento militar Ecuador-Perú. El hielo se rompió cuando en diciembre de 1996 publicamos el ‘Plan Victoria’ que habría provocado otro enfrentamiento bélico entre las dos naciones. Pero después tuvimos que denunciar otro tema espinoso: el tráfico de armas argentinas durante el conflicto bélico.

‘Derechos Humanos’. La Policía también se resintió con la revista por la amplia investigación que hizo del ‘Caso Restrepo’ que contribuyó a la formación de una comisión internacional que, tras sus investigaciones, involucró y responsabilizó a generales, coroneles, oficiales de menor jerarquía, agentes, de la desaparición y muerte de hermanos Santiago y Andrés Restrepo, hijos de una familia colombiana residente en Quito. Algunos fueron sentenciados. El tema conmovió a Ecuador y Colombia.

La investigación periodística de la revista y de varios medios de comunicación sobre los llamados ‘crímenes de Estado’ fue tan grande que llevó, incluso, a descubrir otras desapariciones provocadas por policías y militares durante el gobierno socialcristiano. A consecuencia de estas investigaciones nacieron los libros: ‘Los desaparecidos en Ecuador’ y ‘Caso Restrepo, crimen de Estado’, escritos por Mariana Neira.

Tanto esfuerzo valió la pena. Atendiendo a la presión ciudadana, el Estado marcó pautas para el respeto a los derechos humanos en el país. (Los temas de violación de ‘Derechos Humanos’ se publicaron desde 1989 hasta 1996).

En el camino de estas investigaciones también se encontraron actos corruptos de algunos oficiales de la Policía, entre ellos, un general. Algunos fueron separados de la institución.

Otros casos de corrupción denunciados en el periodo que estamos analizando se parecen a los que se investigan actualmente. Se escribió sobre el despilfarro de pasajes en la empresa estatal Ecuatoriana de Aviación, despilfarro en el IESS, venta de licencias de conducir, contratos ‘lleve’ en mano (estudios, mano de obra y financiamiento), negociado de arroz, robo de ropa usada que debía entregarse a damnificados, ‘pipones’ en el congreso nacional, se advirtió de los problemas que tenían las financieras que se fueron al precipicio con la crisis bancaria.

Desde la década de los 80, la corrupción continúa latente y los temas se repiten, pero en ningún gobierno se vio un festín tan grande con el dinero del Estado como en el de Abdalá Bucaram (las denuncias se hicieron entre diciembre 1996 a abril 1998).

‘Delitos comunes y accidentes’. Vistazo le dio un giro a la llamada ‘crónica roja’. Ya no era la simple narración de hechos respaldada por datos oficiales, se profundizó la investigación para descubrir la causa de los hechos y sus actores materiales e intelectuales. Sucedió con el ‘Caso Hermosa’. Era un joven que asesinaba taxistas y camioneteros en Quito y sus valles. Al seguir las pistas se vio que él tenía vínculos con elementos de la fuerza pública que, aparentemente, lo inducían a cometer los crímenes y robos.

Otro tema de gran impacto fue ‘Mama Lucha’. Se trataba de una mujer que vendía espacios en las calles de Quito a los vendedores ambulantes. Su negocio era vigilado por ella, su familia y ‘guardaespaldas’ quienes, además, les protegían a cambio de dinero. En el transcurso de la investigación se descubrió que ella tenía buena relación con alcaldes y era comadre de un político que luego llegó a ser presidente de la república.

Una mención especial merecen los accidentes de aviación y terrestres. Vistazo se ocupó de investigarlos a fondo para determinar si se produjeron por fallas técnicas o humanas. Un ejemplo constituyó el artículo ‘Ruta mortal’ que ganó el premio de periodismo ‘Jorge Mantilla Ortega’.

‘Asuntos políticos y sociales’. La revista también tocó temas que mostraban los avances de la medicina, por ejemplo, inseminación artificial, y denunció problemas ocultos, como la mala práctica médica que tenía repercusiones fatales. El artículo ‘Mala práctica médica’ ganó el Premio Jorge Mantilla Ortega.

En la década de los 90 fueron los levantamientos indígenas, especialmente en la Sierra ecuatoriana. La revista hizo una amplia investigación del tema para mostrar a los lectores la situación de abandono que vivían los indígenas ecuatorianos, especialmente aquellos que habitan en los páramos. Además, hizo notar que fue el obispo de Riobamba, monseñor Leonidas Proaño –a quien luego se unieron otros obispos- el que les señaló el camino por el que debían ir para reclamar sus derechos.

TEMAS DESTACADOS VISTAZO/QUITO 1988-2000

 

1 CORRUPCIÓN:

Los tanques del negocio                           MN                          Julio 7-88

Despilfarro Ecuatoriana                            MN                          Nov 24-88

Negociado arroz/Enac                               MN                          Marzo 16-89­

*Richard Hollwill, confesiones

de un embajador. USA.                             MA                          Nov 10-89­

Militares empresarios                                MN/PE                    Nov 23-89­

Venta de Licencias                                    MN                          Marzo 22-90

Contratos lleve en mano                            MN                          Mayo 24-90

Trapos viejos                                             CaM                         Oct 22­-92

IESS despilfarro                                        MN                           Jun. 17 -93

Cobra de troles                                          MN                           Abril 21 -94

Comandante policía, corrupción               MN                           Jun. 2 -94

Pipones Congreso                                      CaM                         Jul. 14 -94

‘La mochila de emergencia’                      JCC-FY                   Dic. 5 -96

‘Los cheques del último día’                     JCC/MN/FY/ChZ    Feb. 20 -97

*‘La gran vida Peñaranda en Miami’       CeM                          Oct-16-97

*El salvataje del año (Filanbanco)           CeM/PE                    Dic. 3-98

Tráfico armas Argentina                           MN                           Dic. 2 -99

 

2 DERECHOS HUMANOS:

Hermanos Restrepo                                   RDB                         Mayo l8-89­

Desaparición Hnos. Restrepo                    CeM                         Agos 2-90

Restrepo-entrevista                                    MN                          Agos 15-91

Restrepo Comisión Implicados                  MN/CM/FS             Sep 19-91

Desaparecidos  Ecuador                             MN                          Jun. 17-93

Restrepo Hugo España. Testigo                 MN                          Sep. 12 -96

 

3 NARCOTRÁFICO:

Triángulo de la Coca                                  MN                          Nov 8-90

Bandas paramilitares                                  MN/CeM                 Abril 18-91

Narcomonjas                                              CeM                         Mayo 3-91

Sicarios                                                       MN/FS                     Jun 6-91

Cartel de Manabí,café‚coca                        MN                          Agos 1-91

Reyes Magos Ciclón                                   MN                          Julio 10­-92

­­Reyes Magos sorpresas                               MN                          Julio 23­-92

Caso Reyes-Gral vinculado                        MN                           Sep 24­-92

Bco. Rumiñahui lavado                              MN                           En. 21 -93

Narcoguerrilla                                            MN                            En. 6 -94

Se hundió Bco. Andes                                MN                           Agos 18 -94

Mariguana líquida                                      ChZ                           En. 5 -95

Cartel Cali en Quito                                   MN                            Mayo 5 -95

Tremendo juez sentenció Reyes                MN                            Sep. 26 -96

4 DELITOS COMUNES ACCIDENTES:

Hermosa Taxis                                          MN/CeM                    Enero 23­-92

­Hermosa Niño Malo                                 MN                             Feb 6­-92

Hermosa entrevista                                   MN                             Feb 20­-92

*Ruta mortal.                                            CeM                           Dic 17-92

­Mama Lucha                                             CaM                           Oct 22 -92

­Profesores violadores                                CaM                           En. 21 -93

El fin del Niño Malo                                 MN                             Mar. 7 -96

 

5 PROBLEMAS SOCIALES POLÍTICOS:

*Mala Práctica Médica                            MN/CeM                     Julio 5-90

Levantamiento Indígena                          MN                              Julio19-90

Alerta Blanca-Indígenas                          MN                              Sep 6-90

Plan Victoria Perú                                    MN                              Dic. 5 -96

SIGLAS AUTORES: CaM: Carla Maldonado. CeM: Cecilio Moreno. ChZ: Christian Zurita. FS: Fernando Salme.  FY: Fausto Yépez. JCC: Juan Carlos Calderón. MN: Mariana Neira. PS: Pablo Salgado. PE: Patricia Estupiñán. RDB:Rubén Darío Buitrón.

 NOTA: Subrayados con amarillo ganaron el ‘Premio Jorge Mantilla Ortega’.

EL EQUIPO VISTAZO/QUITO SE SEPARÓ EN EL 2000

Había empezado el 2000 y a consecuencia de la crisis bancaria y económica en el país, el equipo de Vistazo Quito se dividió. Mariana Neira resolvió ser ‘free lance’ de la misma revista, capacitó a jóvenes reporteros y anduvo armando unidades de investigación en canales de televisión. Ahora escribe artículos de opinión/análisis en su blog mariana-neira.blogspot.com, para planv y varias revistas digitales.

Fausto Yépez pasó a la televisión donde hasta hoy, 2021, hace denuncias de gran impacto. Cecilio Moreno continuó en el periodismo escrito en la oficina central de Vistazo, Guayaquil, más como ejecutivo que como reportero.

Christian Zurita contó durante la entrevista que le hizo El Comercio lo que hizo después: “Luego de un paso desastroso por la burocracia internacional, entendió para siempre que lo suyo era el periodismo activo.

Así fue a trabajar en una revista de circulación bimensual.

En 2002 llegó al noticiero 24 Horas, de Teleamazonas. En ese medio debutó con una investigación sobre Napoleón Villa, coronel de Policía retirado, cuñado del presidente Gutiérrez. No fue un período fácil, la llamada guerra de los canales afectó a todos los periodistas y mucho más a quienes hacían investigación. Los temas predominantes del trabajo fueron corrupción gubernamental y policial, corrupción judicial, tráfico de armas, guerrilla, tráfico de personas.

Después de Blanco y Negro y la revista Vistazo, Juan Carlos Calderón continuó con la investigación profunda en la revista Vanguardia y se reencontró con Christian Zurita, como veremos más adelante.

NUEVOS ROSTROS EN EL PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN 2000-2006

Tras las primeras experiencias en los medios impresos y algo que se hizo en la televisión a partir de los 80, el periodismo de investigación empezó a tomarse más redacciones de medios escritos y televisión.

Eso se puede notar a través de los premios nacionales de periodismo que se convirtieron en un termómetro del buen periodismo ecuatoriano.

Uno muy destacado y que está vigente por años, es el Premio de la Unión Nacional de Periodistas, matriz Quito. En 1990 fue creado el premio Jorge Mantilla Ortega, auspiciado por el diario El Comercio de Quito, que ya no existe (ahora ese Premio lo otorga la Universidad de las Américas, UDLA). Por la misma época, la empresa de cigarrillos Itabsa creó el Premio Símbolos de Libertad que duró poco tiempo.

Mirando solo al Premio Jorge Mantilla Ortega que coincidió con el inicio del periodismo de investigación en Ecuador, vemos a profesionales que destacaron por sus buenos trabajos e hicieron carrera en el duro oficio de investigar y denunciar.

Por el momento, en este resumen histórico vamos a hablar solo de los periodistas que ganaron el Premio Jorge Mantilla Ortega, por investigación periodística, entre 1990-2010.

Mercedes Álvaro. Siempre estuvo vinculada al periodismo económico. Trabajó en los diarios Meridiano, El Comercio y Expreso y ha sido corresponsal de medios internacionales de prestigio. Ocasionalmente realizaba investigaciones sociales profundas que se convirtieron en temas/denuncia que conmovieron como: ‘La pobreza gana terreno’, publicado en el diario El Comercio 6 y 11 de marzo 1993. Droga, un enemigo visible’, publicado en el diario Expreso 1 y 4 de noviembre 1996. Los dos reportajes ganaron el Premio Jorge Mantilla Ortega.

Ana Karina López. Comenzó su carrera periodística en el diario Hoy, como reportera de la sección política, pasó a El Comercio. Mientras trabajó en este medio, el 9 de octubre 1994 publicó el tema: ‘El regreso del presidente Aristide en Haití’ que ganó el primer lugar a la mejor cobertura periodística, en el concurso Premio Jorge Mantilla Ortega. Otros premios obtenidos fueron: mención por el reportaje ‘El cuentero de Seúl’ (2004); y segundo lugar con el tema ‘El gurú de la política’ (junio 2008).

En 2003 asumió el cargo de editora regional de la Revista Vistazo, hasta 2007, cuando optó por el periodismo independiente. Recientemente (2017), junto con la periodista Mónica Almeida publicó el famoso libro ‘El séptimo Rafael’, biografía del ex presidente Rafael Correa.

María Elena Verdezoto y Eva Valencia. María Elena empezó a hacer periodismo en 1995, en el diario Expreso, donde trabajó junto a Mercedes Álvaro y Thalía Flores que le guiaron en sus primeros pasos. Después pasó al diario Hoy para hacer periodismo económico. En este medio, junto con Eva Valencia, elaboró el tema: ‘USD1144 millones se esfuman del Progreso’, publicado el 13 febrero 2000 que ganó el Premio Jorge Mantilla Ortega a la Mejor Investigación. Luego fue corresponsal de medios internacionales, estuvo en el diario El Universo y retornó al diario Hoy.

Ricardo Tello. Cuencano. A inicios de la década de los noventa se vinculó como redactor al vespertino El Tiempo, de Cuenca. También fue corresponsal y editor del diario El Universo de Guayaquil, entonces, tuvo la oportunidad de cubrir el atentado a las torres gemelas, en Nueva York. Poco después hizo su gran reportaje/denuncia: ‘La ruta de los ilegales’, publicado el 7 y 14 octubre 2001 en este medio. Fue un tema de impacto porque el reportero narró su viaje por tierra con los migrantes, en destartalados vehículos, desde Nicaragua hasta México. Ganó el Premio Jorge Mantilla Ortega, categoría reportaje.

Regresó a El Tiempo como editor general. Luego incursionó en la cátedra universitaria. También asesora y escribe para algunos medios nacionales e internacionales.

José Olmos. Empezó a hacer periodismo como corresponsal de su provincia, Cotopaxi, en el diario El Universo de Guayaquil y luego se incorporó a la redacción de este medio donde lleva varios años realizando investigaciones de campo con las que construye historias (crónicas) y reportajes de impacto. Con el tema ‘Huaorani, un viaje por la selva junto a los guerreros del Tigüino’, publicado en El Universo el 8 junio 2003, ganó el Premio Jorge Mantilla Ortega, en la categoría reportaje.

Sandra Ochoa. Cuencana. Era una de las periodistas destacadas en el trabajo de la investigación. Estudió para monja, se fue a Colombia, pero renunció y regresó a Cuenca para estudiar periodismo y, como lo soñó desde niña, empezó a trabajar en una radio. Tras seis años frente a un micrófono, para mejorar sus ingresos se vinculó a fundaciones. Luego ingresó al diario El Tiempo donde escribió su gran historia/denuncia: ‘Emigrando por mar: diario de un viaje al sueño americano’, publicada el 31 de marzo-3 de abril 2004. Para la realización de este artículo contó con el apoyo de The New York Times que publicó la nota con el título: Por la puerta trasera hacia Estados Unidos: un feroz viaje de inmigrantes en el mar’. El tema lo hizo infiltrándose en un grupo de migrantes ilegales ecuatorianos y subiéndose junto a ellos a un barco que los llevó de Manabí hasta Centroamérica, tras lo cual hizo una narración completa. Delató a coyoteros, contó el dinero que cobraban a los migrantes, los medios de transporte y enlaces que usaban para llevarlos a la frontera con Estados Unidos. Por este trabajo ganó el Premio Jorge Mantilla Ortega.

Luego de publicar esta historia recibió amenazas de los traficantes de personas. No se sintió respaldada por su diario y en 2005 aceptó trabajar para El Universo de Guayaquil.

Rafael Correa había asumido la presidencia de la república y, el 27 de junio 2007, Sandra asistía a una conferencia de prensa y, cansada de esperar respuestas del presidente a sus preguntas, cuando le pidieron que hiciera otra pregunta ella dijo: “¿Qué quiere que le pregunte, porque ustedes solo responden lo que quieren que les pregunten?” En respuesta, Correa le dijo que era una “gordita horrorosa”. Después diría que la llamó así porque, a su criterio, el reclamo de ella fue grosero.

A Sandra –un referente del periodismo investigador ecuatoriano- le descubrieron un cáncer y falleció el 10 de mayo 2017.

(Fuente: Libro ‘JMO. Los premios Jorge Mantilla Ortega 1990-2010’. Edición: Grupo El Comercio. Dirección general: Marco Arauz. Editor: Rubén Darío Buitrón. Primera edición: 30 septiembre 2010.)

 

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