Tapar el ‘Caso Metástasis’ que entró en la etapa jurídica de recuento de la cadena de narco delitos desde el correísmo y una doble venganza contra una mujer que sin haber nacido en Ecuador ha hecho una labor importante de denuncia y lucha contra el narcotráfico, buscan asambleístas del correismo con su ‘juicio político’.
Analicemos:
1 de marzo de 2008. La ejecución del ‘Plan Fénix’, también conocido como Bombardeo en Angostura, territorio ecuatoriano, mató al No. 2 de las FARC, alias, Raúl Reyes (supuesto financista del correismo) y 22 guerrilleros, más un soldado. El ataque fue de la Fuerza Aérea de Colombia. Gobernaba ese país el conservador Álvaro Uribe y Ecuador, el ‘revolucionario’ Rafael Correa que generó un conflicto diplomático entre las dos naciones.
25 marzo 2009. Correa expidió el decreto 1646 creando la Comisión de Transparencia y Verdad para que investigara el caso Angostura. Francisco Huerta Montalvo fue elegido su presidente. Debía concluir sus funciones el 31 de agosto 2009 y dar su informe final con la anuencia del gobierno correista.
30 de octubre 2009. Huerta no obedeció y se adelantó a dar una declaración pública. Según la BBC: “En el informe de la entidad se exploran las acciones del narcotráfico en el país… Ecuador está en riesgo de convertirse en una narcodemocracia… No es sólo fronterizo el tema… Angostura tiene vínculos con muchas cosas… En el país se traficaba en gramos, después en kilos y ahora en toneladas”. Fueron conclusiones nuevas y muy impactantes para quienes creíamos que vivíamos en una isla de paz (‘Ecuador discute el riesgo de la narcodemocracia’. BBC).
Coincidía con lo que los periodistas de investigación ecuatorianos ya estaban denunciando, incluso la presencia de submarinos en la frontera con Colombia. “El periodista y autor del libro ‘El juego del camaleón: Los secretos de Angostura’, Arturo Torres, le dijo a BBC Mundo que desde hace muchos años el problema del narcotráfico dejó de estar focalizado en la frontera entre Ecuador y Colombia”.
Sin embargo, era la primera vez que un alto personaje político del país lo dijera. Esto no gustó al gobierno de Correa que a través de varios funcionarios comenzó a amedrentar a Huerta. José Luis Cortázar, ex secretario anticorrupción y luego asesor del fiscal general Washington Pesántez, dijo de Huerta: “Espero que las conclusiones del informe tengan el debido sustento y respaldo, que no se basen solo en versiones de personas, porque eso será muy difícil incorporar a la investigación como prueba”. Pesántez dijo algo peor: “En Ecuador, como en otros países, existe tráfico de droga. Pero hablar de narcodemocracia… hay una enorme distancia. Felizmente, nuestro país no ha llegado a ser contaminado como otros países por el virus del narcotráfico” (‘La Comisión de Angostura fuera del plazo’. El Comercio. 10 nov 2009). Él, con tantas investigaciones, como Cortázar, también vivía en la isla de paz.
¿VENGANZA?
Observando la línea del tiempo llegamos a pensar que Mónica Palencia es víctima de dos venganzas: la primera, por haber sido compañera de vida de Francisco Huerta Montalvo denunciante de la narcodemocaracia y la segunda, por no dejar que el ex presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se llevara a nuestro ex vicepresidente Jorge Glas Espinel a México, como asilado político, pese a tener órdenes de prisión por corrupción.
Así llegamos a estas hipótesis:
Mónica nació en 1965, en Durango, México. A la revista Vistazo le contó que llegó a nuestro país cuando tenía 20 años. Se casó con un ecuatoriano. Tras su separación, años más tarde formó pareja con el periodista y político Francisco Huerta a quien recuerda como: “mi profesor, guía, amigo, amor”.
Cuando Correa creó la Comisión sobre Angostura, presidida por Huerta (2009), Palencia tenía 44 años y posiblemente apoyó sus investigaciones. Esto se deduce por esta revelación que ella hizo: “Intentó obtener la nacionalidad ecuatoriana durante el gobierno de Rafael Correa, pero había una guerra política declarada con Francisco Huerta. Lo intentó también en el gobierno de Guillermo Lasso, pero no se concretaron las reuniones”.
Pero, 14 años después (cuando ya tenía 58 años) apareció sorpresivamente como ministra de Gobierno y del Interior de Daniel Noboa. “Al presidente lo conoció cuando él la llamó para una asesoría legal hace ya algún tiempo. La llamó para el cargo, la impedía no tener la nacionalidad ecuatoriana. Hasta que Noboa firmó el decreto y ella asumió esa función”.
Fue cuando se le presentó el lío por haber autorizado a la policía a que sacara a Jorge Glas de la embajada de México (6 de abril 2024). Eso no la perdonan AMLO y su partido que, por investigaciones periodísticas se conoce, han tenido buenas relaciones con los narcos y tienen excelentes relaciones con su huésped eterno, Rafael Correa y su círculo de autorefugiados allá.
Acá, en la Asamblea, les apoyan ‘lágrimas de cocodrilo’ que quieren encubrir el narcotráfico en Ecuador con juicios políticos. La ciudadanía no es tonta, ya sabe que ellos andan con los malos desde cuando fueron gobierno indujeron y encubrieron asesinatos de gente sencilla y personajes. MN. 23 octubre 2024.