Primero: Compañeros periodistas, ¡bravo por el valor
puesto durante la cobertura de la catástrofe! Enfrentando a los odios y
barreras del autoritarismo agresivo, mezquino, ustedes fueron un voluntario más
al servicio de la comunidad. Esa es nuestra misión y me siento orgullosa de ser
periodista.
Ahora hablemos de ‘El Otro YO’.
Como usted, lector, leí, escuché, vi las notas de
prensa sobre el terremoto. Cuánto dolor, cuanta destrucción dejó. Observar a
los sobrevivientes en la búsqueda desesperada de sus parientes bajo los
escombros, arrancaba lágrimas. También buscaban la mano amiga. Se habían
quedado sin seres queridos, sin techo, tenían sed, tenían hambre. En horas
estuvieron con ellos los periodistas y voluntarios para informar y ayudar, aún
a riesgo de que les cayeran edificios cuarteados encima, o se repitiera el terremoto,
o hubiera un tsunami. Estos actos confirmaban la tradicional solidaridad humana
de los ecuatorianos buena gente. Otros actos, en cambio, mostraban la lentitud
estatal combinada con mezquindad humana.
I ACTO
Leyendo la prensa capté la indignación mundial provocada
por el presidente Rafael Correa que, durante su ‘Royal Tour por los escombros’
del jueves 21 de abril, amenazó a los damnificados con hacerles detener porque con
desesperación, llorando, le pedían agua, alimentos. (El mundo pudo comprobar
que el gobierno de Ecuador no respeta el derecho humano a la protesta, ni siquiera
de damnificados).
Vea lo que escribió un medio argentino sobre la
amenaza de Correa:
Fue durante una visita a la ciudad de Manta,
duramente golpeada por los sismos que sacudieron al país.
Sábado 23 de Abril de 2016.
"A ver señores, estamos en Emergencia
nacional. Aquí nadie me pierde la calma, nadie grita o lo mando detenido,
sea viejo, joven, hombre o mujer. Nadie me empieza a llorar o a quejárseme por
cuestiones que falten, a no ser por seres queridos que hayan perdido",
amenazó Rafael Correa a los damnificados por el terremoto que le
reclamaban la llegada de ayuda durante un recorrido por la ciudad de Manta.
El presidente ecuatoriano luego aseguró que estaban
por llegar agua y víveres. "Ya viene el agua, eso no hay problema.
Tenemos decenas de tanqueros en buques que vienen con miles de galones, ya
vienen también los víveres, tampoco hay problema en eso. Esperen un
poquito".
En las imágenes del reportaje de televisión
realizado por el canal Uno se ve luego a Correa hablando a los
damnificados con un megáfono.
El 92% de los lectores de este medio argentino
manifestó indignación por la amenaza de Correa a los damnificados. En la prensa
mundial se replicó esta agresión inhumana de Correa y la indignación.
Lea detalles de esta nota internacional, con vídeo
incluido en:
Esa amenaza se dio a las pocas horas de que regresara
del Vaticano, donde escuchó misa. Pero no es la primera vez que Correa,
identificado como ‘humanista’ y ‘cristiano’, sale de misa y pone a su guardia
personal a ‘cazar’ a seres indefensos que protestan por sus actitudes.
El 30 de septiembre 2011, al salir de la misa por
las almas de las víctimas que dejó la sublevación policial del 30 de septiembre
2010, el presidente Correa ordenó la detención de una señora.
Leamos la historia contada por los diarios El
Expreso y El Universo:
El presidente llegó a la misa apurado y atrasado. En
el interior de la iglesia lo esperaban casi todos sus ministros: para ellos se
reservaron las bancas de las siete primeras filas. También estaban (mezclados
entre la multitud) los familiares de las cinco víctimas que dejó la revuelta
policial.
René Coba, vicario de la Arquidiócesis de Quito,
celebró la misa durante la cual el presidente permaneció, casi todo el tiempo,
con los brazos cruzados sobre el pecho. Así escuchó el llamado que el sacerdote
hizo "a la paz social y al diálogo como actitud fundamental (…). Pedimos a
todos los sectores que lejos de imponer decisiones se abran auténticos procesos
de diálogo que lleven a una convivencia constructiva".
Correa lo escuchó sin inmutarse. En cambio se lo vio
pensativo cuando estuvo de rodillas para orar. Tenía el mentón apoyado en sus
manos y los ojos cerrados. Fue el último en incorporarse. A su lado, Fernando
Cordero, presidente de la Asamblea; José Serrano, ministro del Interior, y
Gustavo Jalkh, secretario particular del presidente, esperaban de pie.
Los familiares de Darwin Panchi, Jacinto Cortés,
Efrén Calderón, Froilán Jiménez y Juan Pablo Bolaños pudieron acercarse para
darle el saludo de la paz. Allí también estuvo Julio Flores, herido durante el
operativo de rescate. Él fue uno de los primeros en recibir el abrazo de
Correa.
Sin embargo, poco duró el llamado a la paz social de
monseñor Coba. Según diario El Universo, Correa estaba en el balcón del Palacio
de Gobierno saludando a sus simpatizantes del “Comando PAIS” y a la gente común
que paseaba por la Plaza de la Independencia. Y desde allí identificó a una
mujer, de tez trigueña, que vestía una camisa verde, pantalón negro y altos
tacos de color café, al igual que su bolso, y la que, según testigos, le habría
insultado al mandatario, calificándolo de “corrupto”.
Eso llevó a los guardias de la casa de Gobierno a
retenerla. Y mientras la acción sucedía se armó un tumulto cerca al monumento
de los héroes de la Independencia, desde donde llevaron a la mujer hasta el
Palacio de Gobierno. La hicieron ingresar por una de las puertas de la cochera
para que la ciudadana no fuera vista en los pasillos presidenciales.
El rumor corrió tan rápido que en cuestión de
minutos se dio la orden para que al edificio presidencial no ingresaran los
medios de comunicación privados.
“Hay la disposición de que la prensa no ingrese mientras se soluciona el problema”, dijo uno de los militares que custodiaba la entrada al Palacio.
Desde las rejas se pudo observar que esta mujer estaba retenida en la oficina de la seguridad presidencial, más conocida como Casa Militar. La rodeaban un camarógrafo y una de las personas que escribe para el portal web oficialista El Ciudadano; la subsecretaria de Información, Verónica Álvarez, y los encargados de la seguridad del mandatario, como cubriéndola de los demás. Por minutos la ingresaron a la Casa Militar, y cerraron la puerta.
Según fuentes gubernamentales, a la señora le preguntaban si ella conocía la infracción que había cometido al insultar al presidente Correa. “Pero ella no decía nada, se quedaba como pensando... Era extraña, porque ni siquiera explicaba de dónde era”. Pero luego la señora había respondido que vivía al sur de Quito, que tenía un local de carteras en la Plaza del Teatro y que era del cantón Tena (Amazonía). Al final, la llevaron de nuevo a la cochera.
Por las hendijas de las grandes puertas que tapan este sitio, se la podía ver que conversaba con el personal de seguridad, quienes movían sus manos y no dejaban de hablar; mientras, preparaban la salida de uno de los carros presidenciales.
“Hay la disposición de que la prensa no ingrese mientras se soluciona el problema”, dijo uno de los militares que custodiaba la entrada al Palacio.
Desde las rejas se pudo observar que esta mujer estaba retenida en la oficina de la seguridad presidencial, más conocida como Casa Militar. La rodeaban un camarógrafo y una de las personas que escribe para el portal web oficialista El Ciudadano; la subsecretaria de Información, Verónica Álvarez, y los encargados de la seguridad del mandatario, como cubriéndola de los demás. Por minutos la ingresaron a la Casa Militar, y cerraron la puerta.
Según fuentes gubernamentales, a la señora le preguntaban si ella conocía la infracción que había cometido al insultar al presidente Correa. “Pero ella no decía nada, se quedaba como pensando... Era extraña, porque ni siquiera explicaba de dónde era”. Pero luego la señora había respondido que vivía al sur de Quito, que tenía un local de carteras en la Plaza del Teatro y que era del cantón Tena (Amazonía). Al final, la llevaron de nuevo a la cochera.
Por las hendijas de las grandes puertas que tapan este sitio, se la podía ver que conversaba con el personal de seguridad, quienes movían sus manos y no dejaban de hablar; mientras, preparaban la salida de uno de los carros presidenciales.
Por la puerta derecha del garaje, una lateral que da
hacia la calle Chile, salió un enorme auto marca Nissan de vidrios polarizados,
con ella a bordo. Según informaron, la llevaron
hasta la Plaza del Teatro porque allí tenía su negocio de carteras, o
“dizque iba a tomar el trole para irse a la casa”, según se informó.
http://www.ecuadorenvivo.com/2011100179552/politica/correa_fue_a_misa_y_ordeno_que_se_detenga_a_una_ciudadana_.html (1 de octubre 2011)
http://www.ecuadorenvivo.com/2011100179552/politica/correa_fue_a_misa_y_ordeno_que_se_detenga_a_una_ciudadana_.html (1 de octubre 2011)
II ACTO
Para tapar el verdadero YO del presidente Correa, a
las pocas horas de que amenazara a los damnificados de Manta, sus publicistas
obligaron a todas las televisoras a difundir el ‘Royal tour por los escombros’
de un presidente con cara de preocupación, repartiendo abrazos forzados, como
político en campaña.
Fondo musical: la canción ‘Yo vengo a ofrecer mi
corazón’, de la famosa intérprete de música protesta de los años 80, la
argentina ya fallecida, Mercedes Sosa. Las primeras líneas dicen:
¿Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil…
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil…
Toda la canción en: http://www.musica.com/letras.asp?letra=125236
Sí. No será fácil que la gente vuelva a creer en
Correa porque su acción represiva ha sido sistemática en contra de quienes le
ponen resistencia, como los periodistas que reclamamos el derecho a expresarnos
libremente. Se confirma con estos actos.
El ‘Royal tour por los escombros’ debía ser
difundido por todos los canales de televisión. Si no lo hacían les caía una multa
de la inquisidora Supercom (Superintendencia de Comunicación) encargada de aplicar
la amordazante ley de comunicación hecha por el gobierno que sanciona todo. Sanciones
porque no se unen a ‘cadenas’, sanciones porque difunden información no
verificada en fuentes oficiales, etc. Pero resulta que el día del terremoto los
voceros oficiales no aparecían para dar la tan exigida información oficial y, por
miedo a las sanciones, los periodistas ecuatorianos no informaban, mientras las
cadenas internacionales ya tenían rodando la noticia por el mundo. Al fin, por
ahí apareció un valiente que rompió el cerco de la censura.
Y después se pretendió encadenar la información
sobre la catástrofe a un canal estatal. Desafiando al Estado, un canal se
desencadenó a los 10 minutos y su
ejemplo fue imitado por el resto de canales privados. Fue un acto de
resistencia inesperado y aplaudido por quienes están cansados de tanto
encadenamiento.
TERCER ACTO
‘Yo fui al siguiente día del terremoto llevando
alimentos, ayuda que reunimos con los amigos. Al regreso a Quito nos encontramos
con 15 carros que integraban la comitiva del presidente Correa. A nosotros no
nos confiscaron la ayuda, a un pariente que llegó después, sí’, contaba uno de
los tantos voluntarios independientes que molestan al gobierno que va de picada
hacia abajo en las encuestas porque ya son pocos los que confían en su acción. Más
ahora que se hizo evidente el otro YO de Correa: su rechazo a la sociedad
civil, a los voluntarios no sumisos. Lo manifestó en el mismísimo Vaticano,
durante la conferencia que dio el 16 de abril, justo el día del terremoto, en
la Pontificia Academia de Ciencias Sociales por los 25 años de la encíclica
Centesimus Annus.
Dijo Correa: “Aquí se ha hablado de la importancia
de la sociedad civil en la sociedad, yo les digo: hay que tener mucho cuidado
con aquello”… Según Andes, Correa expresó su preocupación por la pretensión de
algunos de que exista “política sin políticos”.
“Sí me preocupa un poquito eso porque para mí no hay
nada más peligroso para la democracia que actores políticos sin responsabilidad
política”… También cuestionó la labor de ciertas ONG que, según él, “no son
organizaciones no gubernamentales, sino organizaciones de otros gobiernos”.
El pensamiento de Correa es aplicado por trolls
fanáticos al servicio del gobierno con actitudes agresivas en contra de
voluntarios.
Vea usted lo que le pasó a la voluntaria Karla
Morales que ha trabajado en organismos internacionales como la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y en las Naciones Unidas, así como en varias
cruzadas humanitarias.
El diario El Universo relató que desde la noche del
16 de abril, Karla, que se considera mitad manabita ya que su madre es de Bahía
de Caráquez, se puso manos a la obra y escribió un tuit pidiendo donaciones que
podían llevar a su casa, ya que a las dos de la tarde del domingo 17 ella
viajaba llevando la ayuda. La madrugada de ese domingo, su esposo, el argentino
Ezequiel Castro, bombero voluntario, viajó a Manabí y desde entonces dirige el
centro de acopio en San Vicente.
Justamente en San Vicente, recuerda ella, que va y
viene de Manabí, “se nos acercó el coronel Gómez, del Ejército, encargado de
esa zona, y nos pidió que le enseñáramos cómo trabajábamos y literalmente se
nos quitó el sombrero; desde entonces trabaja con nosotros”.
A partir de ese primer tuit, recuerda que el domingo
17 se sentó en la vereda de su casa a esperar la ayuda. Eran las nueve y llegó
el primero, después el segundo y llegaron muchos más. Ella, que pensaba llevar
un camión, partió ese primer día con 28 camiones con donaciones. Desde entonces
se han hecho 198 viajes con donaciones, entre camiones trailers y contenedores
y 80 vuelos de avionetas. Hasta el jueves, la ayuda desde el centro de acopio
estaba avaluada en unos 3 millones de dólares.
Los aportes no solo han venido de la sociedad civil
y la empresa privada, el Municipio de Quito la buscó para colaborar con la
asistencia sanitaria y el Municipio de Guayaquil la ayudó con donaciones para
190 familias en una montaña.
Por estas acciones, los tuiteros fanáticos del
gobierno acusaron a Karla de estar ‘aupada por la oposición’. Al final, los
correístas quedaron como perro apaleado por la gran cantidad de elogios a Karla.
ACTO FINAL
Estas historias se cerraron con el supuesto trompón
lanzado por un militar al ministro de agricultura y ganadería, Javier Ponce,
que vigila uno de los frentes de ayuda al gobierno.
Veamos lo que Martín Pallares narró en la revista
digital ‘4 pelagatos’:
Antes del episodio del golpe Javier Ponce ya había
protagonizado otro momento de tensión. Ese mismo día, horas antes,
irrumpió en un lugar donde se estaba coordinando la llegada de donativos
de Guayaquil, sobre todo de la Alcaldía de esa ciudad, con la participación
de funcionarios de la Vicepresidencia de la República. Quienes estuvieron
presentes en el lugar, entre ellos el ex asambleísta César Rohón, llegado desde
Guayaquil con donativos, sostienen que Ponce estaba muy molesto y alterado
y empezó a reclamar porque los donativos no estaban siendo llevados al Comité
de Operaciones Especiales, COE.
“¡Esto debe ir al COE, esto debe ir al COE!”, dicen
que Ponce gritaba voz en cuello. Una de las mujeres a las que Ponce más
reclamaba, aparentemente le dijo que ella trabajaba para la Vicepresidencia y
que estaban coordinando la llegada de las ayudas. Entonces Ponce tomó su teléfono
satelital y habló personalmente con el vicepresidente Jorge Glas, sin que los
detalles de la conversación hayan podido ser escuchados por los presentes.
“Entiendo que pretendía detener el operativo y llevarse la ayuda que habíamos
llevado a otra oficina”, relató para 4Pelagatos César Rohón. Tras la
conversación telefónica con Glas, desistió de hacerlo.
Siempre muy ofuscado y alterado, Ponce salió y se
dirigió a otro lugar, donde se produjo el altercado con los militares que
terminó en trifulca y en el famoso golpe. Según la versión que circula en redes
sociales Ponce llegó a ese sitio, donde también se estaban recibiendo
donaciones, muy enfadado e increpando a la gente que se hallaba en el lugar.
Cuentan que el capitán que, según las versiones que circulan en redes sociales
y no han sido negadas, se llama David Gallo, le dijo a Ponce que no les
faltara al respeto. Una fuente de 4Pelagatos en Bahía, que estuvo en el lugar,
relata que el capitán le dijo a Ponce lo siguiente: “Señor ministro, usted
podrá ser ministro pero no nos falte el respeto”. Ese momento, el Ministro
perdió la compostura y trató de golpear al capitán Gallo sin alcanzarlo. Eso
provocó una trifulca entre el equipo de seguridad de Ponce y algunos presentes,
muchos de ellos militares.
Una persona presente en ese momento narró lo
sucedido ese instante así: “la guardia del ministro saltó a pegarle a Gallo.
Ahí fue que intentó darle la cachetada Ponce. Pero los militares también
saltaron y ahí fue que Gallo le trancó el puñete”. Esa misma persona sostiene
que los moradores del lugar que estaban ese momento apoyaron al capitán del
Ejército.
Ese golpe se ha constituido en un símbolo del
rechazo de la gente a la acción controladora, interesada del gobierno en el
reparto del agua, de la comida, de las medicinas, etc., a los damnificados. Esa
obligación que tiene el gobierno lo publicita como un logro en los últimos
vídeos que el gobierno ha obligado a difundir a los canales de TV. Es para tapar
el verdadero YO del doctor Merengue. El YO hipócrita.
(El doctor Merengue es un personaje de caricatura
que representa a un señor serio y encumbrado al que
las normas sociales le imponen callar muchas de las cosas que quiere expresar.
Entonces su otro yo aparece, como un fantasma, y muestra lo que realmente
piensa o siente.) https://es.wikipedia.org/wiki/El_otro_yo_del_Dr._Merengue