@MarianaNeiraL
El modelo de las cárceles de Venezuela y Bolivia, manejadas por delincuentes, es muy parecido al que estamos viendo en Ecuador. ¿Qué hay detrás? ¿El negocio de la droga, el negocio de la venganza y de la muerte?
Los ecuatorianos mirábamos en la tele una historia policial: la reactivación del proceso legal por la ‘desaparición’ de más de 600 millones de dólares del ISSPOL (Instituto de Seguridad de la Policía) durante el gobierno de Rafael Correa. Por pedido de la fiscalía, los jueces ordenaban la detención de dos generales de la policía en servicio pasivo: Enrique Espinosa de los Monteros, ex director del Isspol, muy cercano de la ex presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, hoy autoexiliada en México con la cúpula correista; David Proaño, quien fuera presidente de la Comisión de Inversiones; y otros implicados en el caso.
Horas después,
Estados Unidos informaba haber detenido por lavado de dinero a John Luzuriaga
Aguinaga, un personaje clave en esta historia y anunciaba que le estaban
persiguiendo a Jorge Chérrez Miño que recibió los bonos y otros valores que no aparecen.
(Detalles del caso en: ‘La trama política
en torno al caso Isspol’ (parte 1); ‘Caso
Isspol: Decevale responde a Chérrez’ (parte 2); ‘Caso Isspol: el florón está en mis manos…’ (parte 3); ‘Caso isspol: las sospechosas operaciones internacionales’
(parte 4); ‘Isspol: el giro dramático
en la justicia’ (parte 5). Planv.
De pronto
apareció una segunda historia policial: la matanza entre presos en las cárceles
más grandes del país con decapitaciones, mutilaciones, tiros que espantó a ecuatorianos
y al mundo. Murieron alrededor de 80 y el asambleísta correista, José Serrano,
que fuera ministro de Justicia (2010-2011) y del Interior (2011-2017), tiempo
en el cual dirigió las cárceles y empezó el caso Isspol, responsabilizó de la
revuelta carcelaria a Patricio Pazmiño, ministro de Gobierno; Patricio
Carrillo, comandante de la Policía; y Edmundo Moncayo, director del SNAI. Y la
asamblea terminó “exigiendo” al presidente Lenin Moreno destituyera a los tres
y a Johanna Pesántez, secretaria jurídica de la presidencia de la república
vinculada a los centros de rehabilitación. (Detalles en: ‘Cárceles: la génesis de la masacre’. planv. ‘Asambleísta
José Serrano afirma que el Ministerio de Gobierno y la Policía Nacional
conocían que iba suceder una tragedia en las cárceles’. El Universo).
La ‘exigencia’
la hizo el asambleísta Rodrigo Collaguazo quien en el gobierno de Rafael Correa
fue detectado como entrenador de un grupo paramilitar (una especie de fuerza de
choque) en un parque de Quito. (Lea nota: ‘Ejércitos’
en Ecuador’. Planv).
YA SE SABÍA
La policía y las
fuerzas armadas retomaron el control de las cárceles y los hechos se
atribuyeron a una lucha entre capos del narcotráfico por el liderazgo para con
su ‘fuerza de seguridad’ y armas que tenían, manejar la vida y muerte de los
presos, sus negocios de drogas y las telecomunicaciones, instrumento clave para
ejecutar venganzas y asesinatos en el exterior, a través de sus sicarios.
Servicio completo por el que, se supone, ganaban mucho dinero.
Lo que no se ha
dicho es si estos capos tenían alguna relación con las autoridades del gobierno
nacional. Serrano “denunció que en junio del 2020, cuando se otorgó la
prelibertad al cabecilla de Los Choneros, alias Rasquiña, se llegó a
un acuerdo con funcionarios del Gobierno para que el individuo complotado con
otros cabecillas dentro de las cárceles mantenga el orden en los centros de
rehabilitación y al mismo tiempo empiece a dar información de las bandas que
estaban operando en el país, a cambio de esa prelibertad cuando tenía una
sentencia de 20 años, que luego se le redujo a ocho años y que se otorgó la
prelibertad antes de cumplir la mitad de la condena” (dato de El Universo).
Lo dijo con
conocimiento de causa porque este tipo de negociaciones entre autoridades y
capos ya se daban en 2010 cuando Rafael Correa era presidente y Serrano
ministro. Lo denunció Oscar Caranqui, preso por narcotráfico en ‘La Roca’, Guayaquil,
la cárcel más importante del país. Allí escribió el libro ‘LA ROCA, cementerio
de hombres vivos’. Es como un diario de vida de 670 páginas sobre lo visto al
interior de ese reclusorio. A los protagonistas los presenta con sus nombres
reales y fotografías, con excepción del Ministro de Justicia quien aparece con
el nombre ‘Pepe Sierra’. Él, según escribió Caranqui, ordenaba cómo manejar ‘La
Roca’. Sus fieles servidoras eran la Directora Nacional de Rehabilitación,
Alexandra Zumárraga; y la Directora de ‘La Roca’, Marien Segura Reascos quien
en 2016 ascendió a juez de la Corte Constitucional de la república.
En el texto hay narraciones
y escenas combinadas con muchos diálogos, supuestamente reales, pero con cierto
matiz de ficción. Algunos hechos relatados coinciden con comentarios y
publicaciones periodísticas. Este es un diálogo entre el recluso Jacinto y
Caranqui:
-Y hablando de
vicios, ¿sí te has dado cuenta que ahora están metiendo heroína en cantidad al
penal? –preguntó Jacinto.
-Sí hermano, me
he dado cuenta y eso sí es grave, porque la heroína ya hace parte de los
narcóticos fuertes, los que son considerados adictivos física y
psicológicamente –respondí.
-Y lo peor es
que son los mismos uniformados quienes lo distribuyen. ¿Porque… quién más?
-Claro está que
bajo la autorización de la propia directora que quiere mantener a los internos
dopados y controlándoles la cabeza. No ves que así nadie protesta…
-Esta mañana uno
de los guardias, el de la cicatriz en el cuello, me ofreció heroína, marihuana
y coca, pero lo frené pidiéndole que me respetara porque yo no era un vicioso
–me informó Jacinto.
Al recluso
apodado Chila, Caranqui le dijo:
-En cinco años
que llevo preso no había visto consumir tanta droga como en este penal.
-Pero como no,
si la abogada Marien se está haciendo un dineral con ese negocio, no ve que
ella recibe el treinta por ciento de las ganancias sin mover un dedo –manifestó
Chila. (Citas Libro: ‘LA ROCA, cementerio de hombres vivos’.
Oscar Caranqui V. Primera Edición 2013, confiscada. Páginas 247 y 250.)
En la cárcel,
Caranqui había instalado una radio internet a través de la cual “criticamos las
acciones y abusos de algunos malos funcionarios judiciales y de policía…” (Cita
Libro: ‘LA ROCA, cementerio de hombres
vivos’. Oscar Caranqui V. Primera Edición 2013, confiscada. Página 69).
El lanzamiento
del libro se anunciaba para el 31 de enero 2013, en Quito, pero Beatriz
Álvarez, esposa de Caranqui, dijo que dos días antes “un asesor del ministro
del Interior, José Serrano, llamó al gerente de la imprenta para decirle que
suspendiera la impresión de ‘La Roca’ porque sería incautado… Finalmente, con
un operativo policial nocturno, el gobierno decomisó los 10 mil libros. (Nota:
‘Gobierno incauta libro de interno Óscar
Caranqui’, La Hora, Quito, 31 de enero de 2013).
El 30 de junio
2013, a las 13:00, Óscar Caranqui fue asesinado en el patio de La Roca con
varios disparos en el pecho y la cabeza. El ministro Serrano atribuyó el crimen
al reo Pepe L Montoya quien confesó que Caranqui le había pedido que matara a
otro recluso y como no cumplió, amenazó a su familia. La “salida era: ‘Lo mato
a él (a Caranqui) y solucionado el problema”. (Nota: ‘Reo confesó que mató a Óscar Caranqui’. El Universo, 2 julio 2013).
VENEZUELA: EN LAS CÁRCELES MANDAN LOS DELINCUENTES
Las cárceles de
los países tercermundistas siempre han funcionado mal y los gobiernos del ‘Socialismo
Siglo XXI’ que son llenos de cuentos, dizque solucionaron el problema
convirtiéndolas en ‘modelos del mundo’, pero lo que hicieron fue entregar su administración
a los delincuentes presos.
Hugo Chávez
subió al poder en 1999 (hasta cuando falleció, 2013) y vean cómo funcionaba la
famosa Cárcel de San Antonio, con capacidad para 2.000 reclusos, emplazada en
la paradisiaca isla de Margarita. Allí, Teófilo Rodríguez, mejor conocido
como ‘El Conejo’, traficante de drogas, fue elegido PRAN que es la sigla
de ‘Preso Rematado Asesino Nato’. “PRAN era un preso común con solera, que
lleva años allí y que se ha ganado la confianza y el voto de los demás”.
Pero ‘El Conejo’
que, se dice, “por decisión de Chávez tomó el control del penal a mediados de
la primera década de 2000, parece que no tenía el respaldo de los reclusos y tomó
el control por la fuerza y con mano de hierro impuso cambios radicales en la
rutina del penal para transformarlo en un salvaje campamento de verano”.
Se descubrió esto
por un video difundido por The New York Times. “La cárcel de Margarita
albergaba a 1.828 hombres. Allí ‘El Conejo’ mandó a construir una discoteca,
una arena para las peleas de gallos, piscinas para las visitas, hamacas, colocó
mesas de billar y pequeñas parrilleras para asar la carne. Cada recluso
caminaba por donde quería, disponía de habitaciones (previo pago) para las
visitas conyugales. Los internos estaban armados y consumían drogas delante de
la cámara. Se hacían apuestas, peleas de gallos. ¿Seguridad? Era frecuente ver
caminar a hombres portando un verdadero arsenal. Los pranes (plural
derivado de PRAN) decían que solo de esa manera se ‘humanizaban’ los penales.
Por fuera, la
penitenciaría presentaba el aspecto normal de una cárcel venezolana. Guardias
de verde patrullando el perímetro y francotiradores apostados en cada torreta,
simples mirones porque, como repiten sus vecinos: ‘En San Antonio puedes hacer
de todo menos salir”.
Tras la
escandalosa difusión de los vídeos tomados por los propios reclusos, en enero
2016 ‘El Conejo’ fue asesinado. “Los presos, en un alarde que lució como un
desafío al Estado, homenajearon a su asesinado líder con una salva de balas.
Las imágenes dieron la vuelta al mundo y abonaron razones a la idea de que
durante el régimen chavista se ha desintegrado el monopolio estatal de las
armas”.
Nicolás Maduro
(sucesor de Chávez) e Iris Valera, ministra de prisiones de Venezuela (hoy
primera Vicepresidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela madurista), anunciaron
el 27 de enero 2016 una requisa en esa cárcel, luego un desalojo.
“La requisa culminó
sin episodios violentos y siguiendo al pie de la letra el manual no escrito de
procedimientos chavistas. La Fuerza Armada Nacional colocó vehículos
antimotines a la entrada del penal mientras el Gobierno negociaba con el líder
—o Pran, como se le conoce en la jerga delincuencial— su traslado y el de
los internos a otras cárceles para remodelar las instalaciones e imponer lo que
han dado en llamar ‘el nuevo régimen penitenciario’. Al regresar los reclusos
usarán un uniforme de color amarillo, llevarán el pelo a cepillo y observarán
casi un orden militar: horarios establecidos para las comidas, para el
descanso, pero sobre todo el esfuerzo por mantener ocupados el tiempo que en
otros penales se dedica al ocio”.
La ministra
Varela mostró en Twitter imágenes del traslado reivindicando la política
carcelaria del régimen chavista: “Con autoridad y respeto a los privados de
libertad realizamos el desalojo del internado judicial de Nueva Esparta” (Nota:
‘El Gobierno de Venezuela desaloja el
penal de Margarita’, Diario El País de España, 26 de febrero 2016).
AHORA LAS CÁRCELES VENEZOLANAS SE MANEJAN EN
SECRERTO
El 16 de julio
2020, niusdiario.es preguntaba: ‘¿Cómo
son las cárceles de Venezuela?: retrato de un sistema de hacinamiento y
corrupción’. Y revelaba que desde 1999 no había ningún cambio, todo seguía
igual y posiblemente los centros carcelarios sigan administrados por los mismos
presos.
“Para saberlo
hay que hacer un ejercicio profundo de imaginación y tratar de intuir ante la
falta de información y transparencia por parte del gobierno de Nicolás
Maduro…”
El Observatorio
Venezolano de Prisiones (OVP) denunciaba en su último informe que “un total
de 104 privados de libertad murieron bajo la responsabilidad del Estado
durante el año 2019, de los cuales 66 perdieron la vida por desnutrición y la
tuberculosis, principalmente… Durante el año 2019 un total de 1.934 presos
venezolanos hicieron huelga de hambre para protestar contra la falta de
alimentos, el retardo procesal y el agobiante hacinamiento que está en el
120%...”
Las maravillas
ofrecidas por la ‘revolución bolivariana’ se fueron por el caño.
BOLIVIA Y SU CÁRCEL ‘TURÍSTICA’ DE PELÍCULA
Evo Morales
empezó a aplicar su ‘revolución’ en Bolivia en el 2006 (estuvo en el poder
hasta el 2010). Veamos qué sucedió antes y durante su mandato en la ‘Prisión de
San Pedro’, ubicada en el centro de La Paz, capital de Bolivia.
Según la nota ‘San Pedro, la inusual prisión de Bolivia que
se convirtió en atracción turística hace 20 años’, de la BBC, publicada el 1
de marzo 2017, en 1997, la caótica prisión de San Pedro, en Bolivia, se
convirtió en una atracción turística, un lugar donde varios mochileros permanecían
por semanas y compartían con los presos. Thomas McFadden, británico originario
de Tanzania, estaba en una celda porque fue atrapado con cocaína en el
aeropuerto de La Paz. Rusty Young, un joven mochilero de Sídney,
Australia, se unió a un tour ilegal por la prisión que el preso realizaba
para mochileros extranjeros desde 1997 hasta su liberación. Los dos
hicieron amistad y Young se quedó en la prisión ayudando a tramitar la
liberación de McFadden, haciéndose pasar por un abogado internacional de
derechos humanos.
“La prisión de
San Pedro parecía una pequeña ciudad... fue
un intento fallido de penal de régimen
abierto para favorecer la reinserción de los reclusos en la sociedad en un
país donde las penitenciarías solían ser -y son- un infierno.
Tanto el manejo
de la prisión como la vida en ella eran totalmente atípicos: se esperaba que
los reclusos se ganaran la vida y compraran sus celdas como si fueran
bienes raíces.
Había una
escuela primaria para los niños de los reos, que podían vivir con ellos, y
la más notable sorpresa: contaba con una fábrica de cocaína, droga que se
traficaba en el lugar.
Se había corrido
la voz por los albergues locales de que había un recluso que hablaba inglés
dispuesto a mostrar a los visitantes este extraño microcosmos.
Ubicada en el
corazón de La Paz, la prisión se convirtió en una atracción turística que
figuraba en las guías Lonely Planet. Los viajeros pagaban una entrada y,
en algunos casos, optaban por quedarse durante semanas, compartiendo con los
reclusos.
Lydia Docking,
una turista británica, no sólo hizo uno sino varios tours por la prisión en
2008 (gobierno de Evo Morales), dirigidos por un preso de Portugal.
Sobre esta
experiencia, Thomas McFadden y Rusty Young escribieron el
best-seller Marching Powder e hicieron el documental Wildlands que
utiliza su historia en la cárcel de San Pedro como una plataforma para explorar
todas las facetas del tráfico de drogas.
Un día de 2009,
un equipo de televisión local llegó para filmar a un político encerrado allí. Mientras
esperaban en la plaza, los camarógrafos grabaron un flujo constante de
turistas. La prensa boliviana publicó esas imágenes y se descubrió que no eran turistas,
sino autoridades que, se creía, recortaban (cobraban) un porcentaje de los
beneficios de las visitas.
Tras el
escándalo de los videos del 2009 se revocó el derecho a visita de los
prisioneros, lo que causó un motín y unos 80 niños fueron evacuados.
Pero la historia
de la ‘cárcel turística’ se repitió. Este recinto que alberga a 1.700
reos, más que una cárcel se asemeja a una urbanización privada dentro de la
propia urbe.
Traspasados sus
muros, los nuevos inquilinos tienen que alquilar o comprar su celda, y
para eso tienen que trabajar. No hay problema. Hay restaurantes, bares,
peluquerías e incluso un hotel. Los niños juegan por las plazas, ya que los
prisioneros pueden llevar a sus familias a compartir su lugar de condena.
Los que tienen
dinero pueden llegar a permitirse un lugar en Los Pinos, la zona con las
mejores celdas de la prisión, equipadas con televisión por cable, baño y cocina
privados e incluso algunas con mesa de billar.
Hasta hace
poco estaba permitida la entrada de turistas, a los que se les guiaba por
las calles y se les escenificaba escenas de la vida cotidiana en prisión:
comercio de droga, peleas con navaja. Actualmente, la entrada de curiosos está
prohibida, pero eso no ha impedido que el comercio de cocaína con el exterior
sea una de las principales fuentes de ingreso de la pequeña ciudadela”.
EUROPA: CÁRCELES DE LUJO Y REHABILITACIÓN EXITOSA
¿Sabe qué es Handel
Fengsel? La mejor cárcel del mundo, la más humana del mundo inaugurada en la
isla Bastoey, Noruega, en marzo del 2010.
Parece un hotel.
Tiene doscientas cincuenta y dos habitaciones, cada una con televisor de
pantalla plana, luz natural, mobiliario moderno, baño propio y nevera. Paredes
decoradas con obras de reconocidos artistas contemporáneos, valoradas en 1
millón de euros. Entre cada 10 o 12 habitaciones hay una cocina y salita de
estar.
En las áreas
sociales puede realizar actividades culturales y deportivas: disponen de una
librería, reciben clases de música, tienen un rocódromo, estudio de grabación,
gimnasio, campos de básquet, fútbol tenis, practican esquí, juegan cartas.
Tienen su propia playa e incluso son los encargados de administrar el ferry que
conecta a la isla de Bastoey, en el sur de Oslo.
Este es un sueño
que lo consiguieron, ¿saben cómo? Con una buena rehabilitación que la miden con
el ‘índice de reincidencia’. En Noruega es bajísimo. ¿Por qué?
Primero, el
promedio de las penas es de ocho meses de duración y la mayoría de las condenas no supera el año.
Muchos no están
de acuerdo con este sistema de penalización a la gente que ha cometido delitos.
Lo consideran ‘privilegiado’ pero el Sistema Correccional Noruego tiene su
explicación. Cree que la prisión debe imponer una restricción de la libertad,
nada más, porque los presos tienen los mismos derechos que las otras personas
que viven en Noruega y la vida en la cárcel debe ser parecida, en lo posible, a
la del mundo exterior porque “más presos van a retornar a la sociedad en algún
momento. Por eso la rehabilitación es tan importante”, le dijo a la BBC Anders
Giaever, analista político.
Además, los
noruegos toman en cuenta la cuestión económica. No tener tantas personas
alojadas en prisiones significa un ahorro importante.
A parte de la
buena rehabilitación, en los países europeos incide la buena educación sobre
derechos y obligaciones, sobre todo, el respeto a la ley.