En otro momento difícil para los indígenas, por el intento
de atropello a su dignidad por parte de ‘la revolución’, considero imprescindible
hacer una síntesis histórica del maltrato que soportaron de los españoles y fue
continuado por los mestizos.
AYUDAMEMORIA
Hasta el siglo XX, solo mencionaremos los hechos más
crueles.
En 1533 Francisco Pizarro envió a Atahualpa un
mensaje ofreciéndole ayuda en sus guerras contra su hermano Huáscar, pero su
verdadera intención era apresarle y apoderarse del oro y plata que poseía su
reino.
Lo hizo con engaños. Los españoles le esperaron en
la plaza de Cajamarca y cuando Atahualpa llegó de los Baños, a tres millas,
Fray Vicente Valverde se le acercó con un Cristo en una mano y la Biblia en la
otra y usando un traductor le habló de su Dios único. Los historiadores dicen
que la primera barrera que hubo fue el idioma. Quizás Atahualpa no entendió el
mensaje o no le satisfizo lo que escuchó, por eso la actitud que tuvo:
"El Inca cogió el libro con curiosidad, lo
abrió, lo hojeó, "se lo aplicó al oído; y viéndose burlado en lo que
esperaba sentir, lo arrojó con indignación, diciendo: Esto que me das nada me
dice, dando al mismo tiempo un gran suspiro".
"Cogió luego Valverde su brevario y
enderezándose a los suyos, comenzó a dar voces: ¡Al arma, al arma! Venganza
cristianos, que este perro desprecia la ley de Jesucristo, y arroja los
Evangelios. Apenas lo había dicho, cuando se dio la señal prevenida del tiro de
fusil…" Quedaron muertos entre seis y siete mil indios.
Luego el Inca fue apresado y le exigieron oro y
plata por su rescate. Al final lo asesinaron en la plaza pública. "Le
dieron garrote, echándole un lazo al pescuezo", según anota Juan de
Velasco en su Historia del Reino de Quito.
Los españoles creyeron que matando a su líder
Atahualpa, la conquista sería fácil. No fue así. Otros líderes tomaron la posta
y a varios de ellos también les mataron. El 10 de enero de 1535 fue ejecutado Rumiñahui,
luego de dar dura resistencia en Quito.
Los conquistadores se ganaron el odio de los indígenas
que desde entonces se mantienen en resistencia. Hasta 1578 hubo 14
sublevaciones indígenas con el propósito central de evitar que los españoles
continuaran tomándose sus tierras, según las cuentas que registra la
Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) en su libro "Las
nacionalidades indígenas en el Ecuador: nuestro proceso organizativo". Después
–según el libro ‘Nueva Historia del Ecuador’, de Enrique Ayala Mora, hubo 12
sublevaciones importantes, solo hasta la creación de la república (1830). Este
hecho histórico no aplacó la ira indígena por el maltrato y la discriminación
que soportaban. Los nuevos levantamientos fueron liderados por Fernando
Daquilema, a quien se le fusiló en la plaza de Yaruquíes, Chimborazo, el 8
abril de 1872, por orden del presidente
Gabriel García Moreno.
Desde 1830 se registran 7 sublevaciones importantes hasta
1945 cuando se constituyó la primera organización indígena FEI, Federación
Ecuatoriana de Indios. En el libro de la Conaie se dice que esta entidad nació
"con el apoyo del Partido Comunista y la Confederación de Trabajadores del
Ecuador (CTE)". La organización indígena fue robusteciéndose con el apoyo
de partidos políticos de izquierda y la iglesia identificada con la Teología de
la Liberación, dentro de la cual jugó un papel protagónico monseñor Leonidas
Proaño.
Justamente uno de sus pupilos, Lázaro Condo, fue asesinado por defender
sus tierras. Diario El Comercio relató el hecho. Una cruz de piedra en el
páramo de Toctezinín, una comunidad a 30 minutos de Chunchi (Chimborazo), es el
único recuerdo simbólico del confuso enfrentamiento entre militares, policías y
comuneros en el que pereció Lázaro Condo.
Él fue un líder indígena que
impulsó un levantamiento para exigir la reforma agraria.
Su muerte nunca se investigó y en
40 años nadie reclamó ni denunció; sin embargo, se convirtió en el ícono de la
lucha de los indígenas por la tierra.
Juan Manuel Anaguarqui lo
recuerda bien. El sol había llegado a su punto más alto, cerca de las 12:00 del
26 de septiembre de 1974, cuando estaba por concluir el segundo día de la
cosecha de una parcela comunitaria de cebada sembrada en la propiedad que
perteneció a la hacienda Almidón Pucará.
Esas tierras, a 3 300 metros de
altura, estaban en disputa un año antes del enfrentamiento. La propietaria se
negaba a aceptar la resolución del ex Ierac, que falló a favor de Toctezinín.
“Llegaron en jeeps y camionetas. Estaban borrachos y empezaron a dispararnos
sin compasión”, recuerda Anaguarqui, de 75 años.
Él se salvó de morir. Una de las
balas disparadas por los militares y policías que acudieron hasta el páramo le
impactó en la cintura, atravesó su dorso rozando su pulmón izquierdo y salió
por su hombro.
Mientras él escapó, uno de sus
mejores amigos, Lázaro Condo, no corrió con la misma suerte. “Las balas
lastimaron sus piernas. No conforme, los militares lo golpearon salvajemente,
luego uno se acercó con su casco lleno de trago y le arrojó diciéndole indio
borracho, por borracho estás gritando”.
Él era parte de un grupo de
jóvenes indígenas que, motivados por monseñor Leonidas Proaño, se propusieron
luchar por la dignidad de los peones. En la misa que diera por el alma de
Lázaro, monseñor Proaño –recogiendo un pasaje bíblico- dijo como una profecía: ‘Lázaro,
levántate y anda’. http://www.elcomercio.com/actualidad/lazaro-condo-memoria-heroe-indigena.html.
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Pese a que los indígenas se volvieron visibles, sus
derechos seguían irrespetados, sus reclamos de tierras no escuchados. Eso llevó
al famoso levantamiento de 1990 con el cual lograron una organización propia,
fuerte, para reclamar esos derechos, ese respeto. Una de las medallas logradas tras esa
pequeña guerra fue la casa en Quito que ‘la revolución’ le quiere quitar a la
CONAIE. Es como un afán de borrar la historia de este 6% de la población
ecuatoriana, raíz de la nacionalidad.
¿EL ALCALDE PODRÍA SALVAR LA CASA DE LA CONAIE?
Leyendo una noticia en la cual se dice que el
alcalde de Quito tiene atribución absoluta para declarar de utilidad pública a
bienes inmuebles, me surgió esta pregunta:
¿Qué sucedería si el alcalde Mauricio Rodas declarara
a la casa de la CONAIE de ‘utilidad pública’ y en su lugar al MIES le diera
otra casa para el relajamiento de los narcodependientes? ¿Se salvaría la casa
de la cual el gobierno de Correa quiere desalojarles a los indígenas pisoteando
el valor histórico de este inmueble? Es un inmueble histórico porque sintetiza
su lucha de siglos contra españoles y mestizos, incluso sacrificando vidas; una
historia que ‘la revolución’ quiere borrar.
Veamos esta nota:
“28 de noviembre 2010. El Concejo Metropolitano de
Quito aprobó una resolución para modificar procedimientos en temas de
declaraciones de utilidad pública de bienes inmuebles o propiedades de acuerdo
a lo que establece el artículo 447 del Código Orgánico de Organización
Territorial, Autonomía y Descentralización (Cootad) que le otorga la
competencia exclusiva sobre dichos temas al Alcalde Metropolitano.
En este artículo 447 se dice entre otras cosas que
para: “realizar expropiaciones, las máximas autoridades administrativas de los
gobiernos regional, provincial, metropolitano o municipal, resolverán la
declaratoria de propiedad pública, mediante acto debidamente motivado en el que
constará en forma obligatoria la individualización del bien o bienes requeridos
y los fines a los que se destinará”.