Captura de 'Simón Trinidad' fue posible
gracias a la información de un ex militante de las Farc
El Tiempo (Colombia). Enero 4 de 2004
El informante obtendrá una
recompensa de un poco más de 800 mil dólares, dijo a EL TIEMPO una alta fuente
que participó en la cacería del guerrillero.
Se trata de un hombre que tras
militar en la subversión, decidió abandonar sus filas y reinsertarse en junio
del 2003, para ganarse ahora la millonaria recompensa que el gobierno
colombiano ofrece por cualquiera de los jefes máximos de las Farc, el Eln o los
paramilitares.
Su delación, ocurrida hace unas
pocas semanas, ayudó a atar los cabos que venían siendo descubiertos por
inteligencia del Ejército, desde agosto del 2003, cuando el propio presidente
Álvaro Uribe les había puesto la tarea de hurgar en Quito.
Por esas fechas, el mandatario
había estado de visita en la capital ecuatoriana y varias personas le pidieron
audiencia para contarle que líderes de las Farc estaban convirtiendo la capital
ecuatoriana en sede de reuniones.
Durante los cerca de seis meses
de pesquisas, lideradas por el Ejército, otras agencias colombianas, como la
inteligencia de la Policía, el CTI de la Fiscalía, e inclusive el Servicio de
Investigaciones de Estados Unidos (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia
(CIA) de ese país, apoyaron la investigación.
Sin embargo, los datos recogidos
aún no eran tan contundentes, hasta cuando apareció el informante y les contó
detalles de cómo se movían en Ecuador y Colombia Juvenal Ovidio Ricardo
Palmera, 'Simón Trinidad'; otros cinco jefes del estado mayor y del
secretariado de las Farc, al igual que amigos y familiares.
También les relató pormenores de
las dolencias físicas que padece el guerrillero, los medicamentos que usa y los
nombres de los centros médicos de Quito donde, bajo nombre falso, recibía
atención, datos que resultaron esenciales para dar con su paradero.
En el monte
Uno de los datos clave que
suministró el informante fue cómo a comienzos del año pasado la cúpula de las
Farc le ordenó al frente primero de esa organización cuidar en sus campamentos
a 'Trinidad' mientras este se recuperaba de unas graves dolencias, al parecer
producidas por un cáncer de próstata o de testículo.
El frente primero o 'Armando
Ríos' es considerado uno de los más ricos y organizados. Tiene gran influencia
en el Guaviare, zona a la que llegó en los años 80, y prácticamente domina los
corredores entre Calamar, Miraflores y El Retorno, donde controla el negocio de
la cocaína. Es el responsable de la toma de Mitú (Vaupés), donde murieron 35
policías y secuestraron a otros 65.
En esta región, el frente primero
construyó grandes centros de descanso y vacacionales -algunos desmantelados en
el 2002 por el Ejército-, donde los informes de inteligencia dan cuenta de que
en los meses recientes se refugiaba 'Simón Trinidad'.
Luego, a finales de septiembre,
una nueva interceptación electrónica confirmó que guerrilleros de ese frente
buscaban afanosamente unos medicamentos para 'Trinidad', entre ellos uno para
el sistema urinario.
De allí, revela la investigación,
'Trinidad' viajaba esporádicamente a Putumayo, casi siempre protegido por al
menos una docena de hombres vestidos de civil. Desde entonces, por lo menos 15
oficiales de las distintas fuerzas se trasladaron a los cascos urbanos de la
zona en busca de su rastro.
El 16 de diciembre, inteligencia
del Ejército estableció que el jefe guerrillero había salido de Puerto Ospina,
en el Putumayo, rumbo a Quito, en compañía de una compañera sentimental. Ingresó,
según lo registra la Tarjeta Andina de Migración de Ecuador, con el nombre de
Juan Alberto Rodríguez González, con cédula 19'715.420.
Según la tarjeta, había nacido el
2 de septiembre de 1950 y no el 30 de julio del mismo año, cuando efectivamente
nació el subversivo, que desde 1987 milita en las Farc.
Por esos mismos días, los
investigadores también conocieron que la hija de la compañera de 'Trinidad'
-una adolescente de 13 años- había ingresado a Guayaquil en septiembre y que
desde allí se había trasladado a Quito a reunirse con su mamá.
La casa
El punto de encuentro era una
modesta casa ubicada en una zona popular de Quito, que por temporadas albergaba
a familiares y testaferros de otros jefes subversivos.
Los seguimientos -que quedaron
registrados en videos como los que ayer reveló Inteligencia del Ejército-
mostraban a 'Trinidad' caminando por las calles de Quito, a veces en compañía
de las dos mujeres, y en otras ocasiones, completamente solo.
Siempre cubría su cabeza con una
gorra negra, usaba gafas de marco negro y en ocasiones vestía de corbata o
cubría su cuello con una bufanda. En varias oportunidades se le vio cargando
paquetes de mercado.
¿Por qué no lo capturaron en ese
momento? Inteligencia tenía información de que otros jefes guerrilleros se
estaban moviendo por otros países para hacer escala luego en Quito y de allí
dirigirse a una cumbre secreta en Manaos (Brasil). La idea, entonces, era
esperar y capturar la mayor cantidad posible de jefes guerrilleros.
Mientras tanto, los hombres de
inteligencia realizaban fiestas y asados en la vecindad de 'Trinidad' para no
perder su rastro. Inclusive, lo siguieron hasta la clínica Eugenio Espejo,
donde le efectuaron un examen de próstata, y hasta la oficina donde le
entregaron cédula y pasaporte ecuatorianos a nombre de Cristo Rey Mariscal
Peralta.
Tan cerca estuvieron de él que en
una oportunidad esperaron en una mesa contigua a la suya, en la pollería Texas
Company, donde 'Trinidad' se tomó una gaseosa, para luego coger el vaso y
llevarlo a un laboratorio de criminalística y cotejar sus huellas dactilares.
La espera culminó el pasado
viernes cuando los oficiales, tanto del Ejército como de la Policía, conocieron
que ningún otro jefe guerrillero iba a ir a Quito y que, por el contrario,
'Trinidad' se aprestaba a abandonar tierra ecuatoriana.
'Simón Trinidad' fue capturado a
las 10 de la noche en la avenida Amazonas, por la Policía ecuatoriana, cuyo
portavoz, Manuel Sarmiento, reiteró ayer que la detención no obedeció a ninguna
operación de seguimiento sino a una acción rutinaria de registro migratorio. "Si
hubo un seguimiento por parte de Colombia, eso no llevó a su detención... No
podemos alterar la verdad", le dijo a la agencia de noticias AFP.
El guerrillero se identificó
inicialmente como Cristo Rey Mariscal Peralta, pero 15 minutos más tarde, en la
jefatura policial más cercana, admitió ser 'Simón Trinidad'. Aseguró que estaba
en gestiones diplomáticas a nombre de las Farc y que solicitaría asilo político
porque su vida corría peligro en Colombia.
Pero su suerte estaba echada. Dieciocho
horas más tarde ingresaba a un calabozo del 'búnker' de la Fiscalía en Bogotá,
donde ayer comenzó a rendir indagatoria por 59 registros judiciales en su contra.
Presidente
negó versión sobre la captura de ‘Simón Trinidad’
El Universo. Jueves 18 de marzo del 2004
EFE-AP | BOGOTÁ
El presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez,
aseguró ayer en esta ciudad que en la detención de Ricardo Palmera, alias Simón
Trinidad, líder guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
(FARC), en enero pasado, solo participaron fuerzas policiales de su país.
Gutiérrez respondió así a una declaración escrita difundida en esta ciudad por el semanario Voz, en la que Simón Trinidad señaló que en su detención participaron “militares colombianos y agentes gringos (de EE.UU.)”.
El mandatario ecuatoriano hizo esta declaración tras recibir un título Honoris Causa en Administración de Empresas, conferido por la Universidad Militar Nueva Granada, de Bogotá.
En su declaración, Simón Trinidad también aseguró que su captura el 2 de enero pasado en Quito no se produjo gracias a un delator, aunque así lo sostuvieron medios colombianos.
“Nadie me delató en Quito. Por el seguimiento que le hacían a la persona donde me alojé, la policía me descubrió e informó a militares colombianos y agentes gringos, quienes hicieron el operativo de captura”, agregó.
Tras concretarse la detención del rebelde, el ministro colombiano de Defensa, Jorge Alberto Uribe, agradeció a los gobiernos de Ecuador y de EE.UU. Sin embargo, nunca se aclaró cuál fue la participación real de los estadounidenses en el operativo.
Gutiérrez respondió así a una declaración escrita difundida en esta ciudad por el semanario Voz, en la que Simón Trinidad señaló que en su detención participaron “militares colombianos y agentes gringos (de EE.UU.)”.
El mandatario ecuatoriano hizo esta declaración tras recibir un título Honoris Causa en Administración de Empresas, conferido por la Universidad Militar Nueva Granada, de Bogotá.
En su declaración, Simón Trinidad también aseguró que su captura el 2 de enero pasado en Quito no se produjo gracias a un delator, aunque así lo sostuvieron medios colombianos.
“Nadie me delató en Quito. Por el seguimiento que le hacían a la persona donde me alojé, la policía me descubrió e informó a militares colombianos y agentes gringos, quienes hicieron el operativo de captura”, agregó.
Tras concretarse la detención del rebelde, el ministro colombiano de Defensa, Jorge Alberto Uribe, agradeció a los gobiernos de Ecuador y de EE.UU. Sin embargo, nunca se aclaró cuál fue la participación real de los estadounidenses en el operativo.
Simón
Trinidad y la uribiedad
Por César Jerez. Agencia Prensa Rural. 31 de
diciembre de 2004
Acabó mal el 2004. Acaba de ser
extraditado a los Estados Unidos Simón Trinidad, el comandante de las FARC-EP,
vocero de la organización guerrillera en el anterior proceso de paz, el
académico de la Universidad Popular del César, el egresado bueno de Harvard y
el ex gerente de banco, quien sacrificó las posibilidades oscuras de ser un
usurero gerente de cartel financiero o un hedonista burgués, para irse al monte
dejando a su familia y convertirse en un político armado, adolorido por la
injusticia vigente de nuestro país y por la miseria de su gente.
Trinidad pasa a ser el primer
preso político colombiano en el imperio, un paso más en la internacionalización
de nuestra guerra, con impredecibles consecuencias en el desarrollo del
conflicto político, social y armado y en la posibilidad de lograr acuerdos
parciales como el canje de prisioneros de guerra o intercambio humanitario.
AUV y sus séquito se equivocaron
de nuevo tratando de barajar un "cañazo" a manera de ultimátum y
chantaje sobre las FARC-EP, utilizando el ilegítimo y antisoberano mecanismo de
la extradición, colocándole plazos de días a una guerrilla añeja que lleva más
de cuatro décadas "tocándole los cojones", como dicen en España, y
desestabilizando a la pequeña élite del poder en Colombia.