AYUDAMEMORIA (TEXTUAL)
LA RESISTENCIA INDIGENA
EN EL TAHUANTINSUYO
...
En 1532 se da el
encuentro entre el gran Inca Atahualpa y el conquistador Pizarro, hay regalos y
luego la traición por la extrema codicia, la prisión del Inca y su muerte al
igual que en México. Para este efecto, queremos rescatar la narración hecha por
Felipe Guamán Poma de Ayala, quechua de puro linaje, quien escribió "La
crónica y Buen Gobierno": Pizarro estaba acompañado del fraile Vicente
Valverde y mil hombres. Atahualpa va a Cajamarca con cien mil personas; los
españoles ya habían tomado los lugares altos y estratégicos de la plaza, el
diálogo se da mediante un traductor indígena de Guancabilca llamado Felipe y
que estaba al servicio de los españoles (desde
allí se llamarán los traidores "felipillos"). Pizarro le dirá que
viene como mensajero y embajador de un gran señor y que fuera su amigo.
Atahualpa le responde que él también era un gran señor en su reino.
Después el sacerdote
Vicente Valverde, llevando en la mano derecha una cruz y en la izquierda la
Biblia y le dice que él también es embajador y mensajero de otro señor gran
amigo de Dios y que fuese su Amigo y que adorase la cruz y creyese en el
evangelio que es verdadero y todo lo demás es burla. El Inca responde que no
tiene que adorar a nada sino al Sol que nunca muere, ni sus guacas y dioses;
luego preguntó al sacerdote quién lo había dicho y él dice que en el evangelio
estaba escrito y le muestra el libro. El Inca le pide el libro y como no le
dijo nada, no le habló a él, lo arrojo de las manos. El sacerdote
inmediatamente dijo: "Acudan aquí caballeros, estos indios gentiles
están contra nuestra fe" y Don Francisco Pizarro y Diego de Almagro, a
su vez, ordenaron y dijeron: "Ataquen caballeros estos infieles están
contra nuestra cristiana y nuestro emperador y rey; ataquémoslo".
Narra Guamán Poma que
empezaron a disparar y mataron indios como hormigas, aprehendieron a Atahualpa.
Para lograr su rescate trajeron de los cuatro caminos del imperio grandes
cantidades de oro y plata para saciar la voracidad de los conquistadores, botín
que se repartieron en nombre de su "Dios" Posteriormente asesinaron
al soberano, con un torniquete de hierro, luego de bautizarle y ponerle el
nombre de Francisco.
Esto sucede en la tarde
del sábado 26 de Julio de 1533. Atahualpa acepta el bautizo para morir quemado,
ya que de acuerdo a su doctrina inculcada por sus amautas y sacerdotes, si su
cuerpo era quemado en el fuego, su alma moriría y no podría renacer en el
futuro a una nueva vida, como lo certifica Cieza de León: "Dicen algunos
que algunos de los indios Atabalipa dijo antes que lo matasen que le aguardasen
en Quito, que allá le volverían a ver". De aquí surge la leyenda del "INKARRI",
que habla sobre el regreso de Atahualpa para restablecer la era feliz anterior
a la llegada de los españoles. Atahualpa prefirió entregar si es posible todo
el oro y la plata del reino antes que entregar la dignidad de su pueblo, antes
que entregar la libre determinación en manos de extraños; en otras palabras LO
AESINARON POR SER INCORRUPTIBLE…