ANÁLISIS. Lo que está sucediendo en Estados Unidos debe preocuparnos y poner en alerta a los gobernantes de Latinoamérica porque los habitantes de nuestros países son fieles seguidores de las costumbres de los norteamericanos.
Que los jóvenes roban, matan, impulsados por la pobreza, es un eslogan de los izquierdistas del ayer que está desbaratándose. En Estados Unidos, considerado el país más rico del mundo, acaba de darse el último (¿último?) tiroteo masivo en la escuela de Madison, Wisconsin, con dos muertos y seis heridos. Con este, el 2024 suman 83 actos similares que marcan el récord mundial de crímenes múltiples en instituciones educativas. Y es la segunda vez que lo comete una adolescente que se suicidó.
Del fenómeno se está responsabilizando a las armas que en esa nación son un negocio que tributa, por lo tanto, cualquier persona mayor de edad puede comprarlas, sometiéndose a ciertas regulaciones. “La ley federal como la de Wisconsin generalmente señalan que es ilegal que alguien menor de 18 años posea un arma de fuego. La ley estatal de manera similar prohíbe que cualquier persona venda, preste o entregue intencionalmente un arma peligrosa a alguien menor de 18 años. Sin embargo, la ley estatal tiene excepciones que permiten a un menor poseer un arma de fuego para practicar tiro bajo supervisión adulta, para uso en las fuerzas armadas o para cazar. Además, Wisconsin tiene una ley de acceso a armas de fuego para niños que señala que es ilegal almacenar imprudentemente un arma de fuego cargada al alcance o fácil acceso de un niño menor de 14 años”. (Detalles en nota: ‘Última hora del tiroteo en escuela de Madison, Wisconsin: muertos, noticias, reacciones y más’. CNN. Lunes 16 de diciembre 2024.)
Es sorprendente y preocupante que, muchas veces, esas armas sean compradas por los padres y regaladas como juguete a sus hijos que las cargan hasta sus establecimientos educativos donde, imitando a sus héroes de televisión e internet, disparan a masas de compañeros y maestros. Vale indicar en este punto, que ya empezaron a castigar duramente a los padres irresponsables, dos ya fueron sentenciados con más de 10 años de prisión y a otro, se dice, le darían una pena de 180 años.
Es una respuesta a lo que está viéndose: adolescentes, casi niños, actuando con tanta sangre fría que nos da la sensación de que estuviesen fuera de sí, drogados o con alguna alteración mental que los hace insensibles.
Pero, atribuir solo a las armas de fuego este fenómeno, parece superficial. La sociedad estadounidense está mostrando que algo está fallando en su entorno: ambiente familiar, escolar, social y en la personalidad misma de los jóvenes asesinos. Se nota un irrespeto a los valores, en este caso, al valor que tiene la vida humana.
Cada vez que se produce una balacera múltiple se agita el debate sobre el comercio y uso de las armas en Estados Unidos, pero no sobre otras potenciales causas, como la adicción a los alucinógenos y al internet que, es un secreto a voces, domina a adultos, jóvenes adolescentes y hasta niños. Este país está en primer lugar en el consumo de drogas en el mundo y, pese a que no hay mucha discusión sobre este tema, ya se escuchan voces de alerta de especialistas sobre potenciales daños que ocasionarían en los cerebros de los humanos.
Las adicciones son un punto en el que todos los gobernantes del mundo deberían poner su atención porque estaría formando humanos de otra categoría, con actitudes extrañas, violentas. En Estados Unidos los adolescentes sienten un extraño deseo de matar, mientras en Europa, que ya está con problemas de alto consumo de drogas, y parte de Asia, está notándose lo contrario: un extraño deseo de morir, de suicidarse. ¿Qué causa estos desequilibrios? Hay que descubrirlos antes de que produzcan otra pandemia.
Y Latinoamérica debe pensar que, si bien no tiene una industria armamentística fuerte como la de Estados Unidos, tiene un comercio ilegal de armas altísimo manejado por las narcomafias que nos invaden y reclutan niños para matar.
ASESINATOS COLECTIVOS DE MENORES EN EE.UU.
-Por gobiernos-
Barack OBAMA 20 enero 2009-20 enero 2017. Empezó con 22 en el 2009 y terminó con 51 en el 2016, total en sus dos períodos: 213. Promedio anual: 26,6.
Donald TRUMP 20 enero 2017-20 enero 2021. Empezó con 42 en el 2017 y terminó con 22 en el 2021, total en su período: 160. Promedio anual: 40.
Joe BIDEN 20 enero 2021-20 enero 2024. Empezó con 73 en el 2021 y está terminando con 83 el 2024. Total en su período: 317. Promedio anual: 79,25.
Esta estadística no incluye otros crímenes NO masivos.
(Datos tomados de las notas de CNN: ‘El tiroteo escolar en Madison es al menos el número 83 de 2024, según el recuento de CNN. Por Alex Leeds Matthews, Gillian Roberts’).