martes, 12 de julio de 2011

‘MOBBING’ CONTRA LOS ECUATORIANOS

Siguiendo con la línea erótica (del Partido de Izquierda Erótica) combinada con sicología, sociología y abuso de poder, les voy a hablar de algo que encontré durante mis investigaciones: ‘mobbing’. ¿Qué es esto?

Hay varias páginas web sobre el tema, pero con un concepto idéntico: ‘mobbing’ es acoso sexual, moral, laboral o persecución laboral reiterados, en síntesis, un maltrato sicológico cometido por una o varias personas de una empresa, sociedad o institución en contra de un trabajador, con el objetivo de socavar su autoestima para conseguir que abandone su empleo.

El acoso se da sin testigos, de la siguiente manera: a la víctima no le cruzan palabra, no le adjudican trabajo o le dan tareas inútiles y más trabajo del que puede realizar. Llegan incluso a ridiculizarle frente a sus compañeros y hacen circular calumnias sobre su vida privada. Y en lo sexual, ya se imaginarán lo que sucede con el acosado.

Leyendo esto me digo: algo parecido está sucediendo en Ecuador, no solo con los periodistas, sino con todos los ecuatorianos que llegan a caer en la viperina de algún funcionario de primera,  segunda, tercera, cuarta, quinta categoría. A los periodistas nos acosan con calumnias como ‘periodistas corruptos’, tratan de bajarnos la moral y ridiculizarnos diciéndonos ‘periodistas mediocres’. Nos ridiculizan con apodos: ‘tarzán de bonsai’ (hiriendo a la mayoría de este país que es de estatura baja; basta dar las vueltas por las oficinas de Carondelet), algunos apodos son racistas y cobardes como ‘coloradita’, refiriéndose a una periodista mujer. (Debe ser por algún problema mental que arrastran, que les encanta insultar a las mujeres). Y se meten en nuestra vida privada, pero cuando de ladito tocamos la de ellos, saltan como canguil (y hay mucho por contar de sus vidas privadas).

Los sicólogos dicen que el ‘mobbing’ lleva a la víctima a un ‘estado de desconcierto’, al inicio, luego a un ‘período de auto-recriminación’, a una ‘fase de rebeldía’ y a un ‘estado depresivo’. (La depresión es mala, sino, pregúntenle al bipolar que de tiempo en tiempo se escapa para hacerse su terapia de sueño.)

Tan malas son las consecuencias del ‘mobbing’ que la legislación de Suecia tipificó desde 1983 el acoso moral o sicológico en el trabajo como delito. Tiempo después hizo lo mismo España. No sé cómo está la situación en Ecuador, pero en tiempo de agresiones, los ecuatorianos deberíamos acogernos a esta figura ‘mobbing’ o acoso para demandarle internacionalmente al gobierno. Más las demandas por ‘daño moral’, sacaríamos mucha plata (del Estado y del país) sin pagar impuestos.