La discusión sobre las vacunas se parece a aquella sobre la hidroxicloroquina y el dióxido de cloro. ¿Curan o matan? Al final se dijo que provocaban daños colaterales que, tarde o temprano, podrían llevar a la muerte.
Las
vacunas contra el coronavirus que ya mismo aparecen en el mercado, generan
dudas porque algunas fueron hechas en meses, velocidad que va en contra de las
normas sanitarias mundiales.
“El
desarrollo de una vacuna es un proceso largo y complejo que a menudo tarda de
10 a 15 años, e involucra la participación combinada de organizaciones públicas
y privadas.
El
sistema actual para crear, probar y regular vacunas se creó durante el siglo
XX, cuando los grupos involucrados estandarizaron sus procedimientos y
reglamentos”. Esto se dice en la nota: ‘Desarrollo,
pruebas y reglamentos para las vacunas’, publicada en
historyofvaccines.org/es
Allí
también indican los pasos previos y de pruebas que deben realizarse “bajo
supervisión de los organismos internacionales FDA (Food and Drug Administration
de Estados Unidos) y Agencia Europea de Medicamentos. Un comité de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) hace recomendaciones para los productos
biológicos utilizados a nivel internacional; muchos países han adoptado las
normas de la OMS.
Esta
alianza surgió luego de que en 1954 sucediera un accidente con una vacuna
contra el poliovirus (conocido como el incidente Cutter)”. El ‘visto bueno’ de
estas organizaciones garantiza que la vacuna dé vida y no provoque efectos que
dañen la salud.
¡SOLDADOS, MARCHEN A HACER VACUNAS!
La
velocidad con la que el coronavirus contagia, más su alta capacidad para matar,
llevó a todos los países del mundo a
romper las reglas dictadas para elaborar
una vacuna, lo que ha sido aprovechado por irresponsables que solo piensan en
el poder.
Para
enfrentar a la velocidad del virus, se usó la velocidad en los inventos de
vacunas que parece una competencia olímpica. Van a la cabeza: Estados Unidos,
Europa, Rusia y China. La posición de los dos primeros no sorprende porque
tienen amplia trayectoria científica, no así los dos últimos que parecen, por
sobre todo, empeñados en ganar la ‘medalla al imperio más grande del universo’.
Rusia
y China ordenaron a sus militares, expertos en fabricar armas y guerrear, hacer
vacunas. ¿Por qué los militares y no instituciones científicas, médicas,
civiles? Porque en esos países los militares manejan todo.
El
19 de marzo 2020, cuando recién despertábamos a la realidad con un virus atacando
a los terrestres, China ya empezaba a hacer la vacuna. Dice la nota ‘Obsesionada sólo por su imagen, China
presiona a científicos para ganar la carrera por la vacuna contra el
coronavirus’, de Infobae, 19 marzo 2020, que “La Comisión Militar Central
ordenó a los expertos que desarrollen la cura contra el COVID-19 luego de
conocer que en un laboratorio norteamericano había reclutado voluntarios para
las primeras pruebas”.
El
10 de abril 2020, un laboratorio chino avanzaba a la segunda fase de pruebas de
la vacuna contra el coronavirus. Era el “CanSino Biologics que ejecutó la
primera etapa de los exámenes con éxito. De la segunda fase también participa
el Instituto de Biotecnología de la Academia de Ciencias Médicas
Militares.
La
droga fue desarrollada en el espacio de un mes por un equipo de investigación
liderado por la médica militar Chen Wei, viróloga y epidemióloga reconocida
por sus estudios sobre los virus del SARS y del ébola. De hecho, parte del
trabajo estuvo basado en el estudio de vacunas existentes contra esta última
enfermedad”.
Chen
Wei se inoculó la vacuna contra el coronavirus antes de que se aprobaran los
exámenes a voluntarios (AMMS). El 17 de junio la estaban probando en sus
militares.
Por
el 30 de abril, el laboratorio chino Sinovac Biotech informó estar listo para
producir 100 millones de dosis al año de la posible vacuna contra el COVID-19.
Un
ministro de Brasil dijo que China estaba usando el coronavirus en un ‘plan para
dominar el mundo’. Esto levantó la ira del país asiático. (Nota: ‘Un ministro de Brasil levanta la ira de
China al acusarla de usar el coronavirus en “un plan para dominar el mundo”. Elpais. 7 de abril 2020). Pero lo que dicho
por el brasileño parece cierto si leemos esta nota: ‘Vacuna contra covid-19
desarrollada en China será universal; la nación ofrece préstamo de USD 1 000
millones a Latinoamérica para su acceso’. El Comercio.com 23
de julio 2020.
Mientras
tanto, Rusia se mantenía en la carrera con cierta discreción. La Universidad de
Séchenov anunció que estaba creando una vacuna. El 6 de abril, el diario
oficialista cubano Granma informaba que el país de Putin “inició las pruebas de
la vacuna contra el Covid-16 en monos”. El 17 de junio 2020 se dijo que
realizaban pruebas en humanos.
Pero
el 11 de agosto 2020, Vladimir Putin “detalló que la vacuna fue desarrollada
por el Instituto Gamaleya y registrada después de dos meses de ensayos en
humanos. En esa línea, dijo que una de sus dos hijas –María o Katerina- fue
vacunada con el preparado ruso y ahora se siente bien y tiene un alto número de
anticuerpos”.
En
la misma información se dijo que la vacuna será distribuida el primero de enero
2021 a los trabajadores sanitarios, profesores y otros grupos de riesgo, y que
la vacunación será voluntaria.
‘DOPING’
La
gente no se explica cómo Rusia y China, con aparente poco conocimiento científico,
van primeros en esta competencia de velocidad pro vacuna. La explicación es
simple: por hackeo, espionaje y saltarse la fase III de pruebas. (Viene a ser
como ‘doping’ en competencias deportivas).
Esto
denunció la prensa: ‘Vacuna del
coronavirus: qué se sabe de los intentos de espionaje de los estudios sobre
covid-19 de los que Canadá, Reino Unido y EE.UU. acusan a Rusia’. BBC. 16
julio 2020.
La
prensa también denunció: ‘Arrestada la
científica china que se refugió en el consulado en San Francisco’. El
país.com 24 julio 2020.
¿Por
qué la arrestaron? “Las autoridades aseguran que la bióloga Juan Tang ocultó su
relación con el Ejército chino para obtener su visado en EE UU. Así entró a
trabajar en la Universidad de California. Los documentos en el tribunal relevan
que el FBI ha localizado al menos a otros dos académicos provenientes del
gigante asiático que han usado identidades falsas para tramitar visados y
permanecer en universidades estadounidenses. Estos trabajaron en las
universidades de California, San Francisco y Duke. Los investigadores han
relacionado los casos y estiman que se trata de una red de espionaje de
propiedad intelectual para obtener información sobre tratamientos médicos
desarrollados en Estados Unidos. Esta semana, el Departamento de Justicia también
acusó a dos hackers chinos de haber vulnerado sistemas informáticos de centenas
de empresas occidentales y de intentar robar datos de las investigaciones del
desarrollo de la vacuna contra la covid-19”.
Por
estas denuncias llegamos a una conclusión simple: las vacunas en el mundo
capitalista, socialista, comunista se hacen con las mismas fórmulas que se
piratean unos a otros. Quiere decir que si Estados Unidos pone chips en sus
vacunas, también los pondrán los rusos y los chinos en las suyas. (Esto no les
va a gustar a los antivacunas que le dieron un giro ‘antiyanqui’ a su rechazo a
las vacunas).
NI LOS MÉDICOS RUSOS QUIEREN VACUNA RUSA
Como
sea, esta carrera de velocidad por la ‘medalla al mayor imperio’, parece que la
va ganando Rusia que otra vez cambió de fecha. Según nota de Infobae del 16 de
agosto 2020: ‘Rusia anunció que comenzará
la vacunación masiva contra el coronavirus en un mes’ (o sea en septiembre
próximo). Y pisándole los talones estaría la ahora silenciosa China.
De
inmediato surgieron críticos a la actitud de estos dos países. Por ganar la
competencia habrían saltado pasos de comprobación de la eficacia de la vacuna y
de sus efectos secundarios.
La
oposición a la masiva vacunación rusa y china procede hasta de la OMS. Vea
usted estos títulos:
‘Advierten sobre seguridad de posibles
vacunas de China y Rusia contra covid-19’. El Comercio. 31 de julio 2020.
‘La
OMS duda del éxito de la vacuna rusa: “Se
reportan hallazgos que luego tardan en pasar por todas las fases necesarias’.
20minutos.es. 4 de agosto 2020.
‘Vacuna rusa Sputnik V: por qué genera dudas
la primera vacuna aprobada contra el covid-19’. BBC. 11 de agosto 2020.
Y lo más increíble: ‘Médicos rusos no están dispuestos a inyectarse nueva vacuna contra el
covid-19, según sondeo’. El Comercio. 14 de agosto 2020.
En
Rusia, los rusos están opuestos a ponerse la vacuna de su país, pero en América
Latina este tema empezó a ponerse rojo. Por ahí una autoridad peruana, roja,
insistía en que se comprara la vacuna rusa. Y por acá, ya mismo aparecen los
‘cabezones’ y ‘chinos’ con gritos similares.
La
mayoría de ecuatorianos no quiere vacunas ideológicas, quiere vacunas de
calidad comprobada y que las expendan las cadenas de farmacias porque ya no
confiamos en las bodegas de los hospitales ni del ministerio de salud
administradas por ‘traficantes de medicinas’.