domingo, 30 de enero de 2011

¿Qué preparan los autores y editores?

DIARIO LA HORA
EL LIBRERO
EDGAR FREIRE RUBIO

Domingo, 30 de Enero de 2011

Todavía quedan noticias libreras del 2010. Muy buenas, buenas y tristes. Leamos: mi hija Susana se ganó el tercer puesto en el Concurso de Literatura Infantil ‘Alicia Yánez Cossío’. Caperuso y el violinista  es un homenaje a un perro que amó y murió. También va su pasión por Quito y sus “imaginarios”.

Susana escribe desde muy niña. Tiene un diario escolar y colegial que haría reír a nuestros niños. Rodrigo Villacís le dio un “espaldarazo” cuando ella tenía 9 ó 10 años. Le publicó un cuento en la revista Diners. Sigue investigando y abandonó la abogacía. Como sus dos hermanos, optó por lo “no utilitario”, (uno hace teatro, otra baile y danza). O sea, “casos perdidos” socialmente. Como no nacieron arribistas ni audaces, pelean dignamente. ¿Qué tal?

Por fin el Ministerio de Cultura se acordó de Ulises Estrella. Un Premio Colibrí fue a sus manos y a la Cinemateca Nacional. Ya que el ‘Eugenio Espejo’ nunca le llegará, ya tiene un consuelo (aparte de su modestia). ¡Congratulaciones!

Oswaldo Encalada Vásquez ganó el ‘Darío Guevara’ con su bello cuento El milizho (es el académico de la lengua más joven). ¡Qué lástima que estos premios municipales no tuvieron la difusión que se merecían! Nunca se conocen los jurados y cómo se disciernen estos reconocimientos (y las obvias injusticias).

Se dice con razón que nadie es profeta en su tierra. A Raúl Serrano la editorial argentina Final Abierto le reeditó su Catálogo de Ilusiones (cuentos). Una digna edición y una contraportada de José Henrique, que aquí nadie lo hubiera expresado. Somos tan cicateros y envidiosos. ¡Qué bien!

Marco Antonio Rodríguez sigue con los ‘libros objeto’ Palabras de Pintores. Artistas de América. Se le acusa de que no es crítico de arte, ¿y dónde están los que presumen serlo para difundir el talento nacional y extranjero? (merecido el homenaje que le hacen sus colegas de los núcleos de la CCE y sus amigos).

Halagos y despedidas
¿Es extraño que alguien done libros a una librería? Sur Libros ha tenido ese privilegio. La gente que lo ha hecho prefiere el anonimato (pero ya lo diré públicamente). En estos días los herederos del arquitecto Henry Williams Carrión nos regalaron un sencillo lote de libros. Serán “comercializados” en precios asequibles. ¿Un gesto así no se agradece? Y no hay que olvidar que Sur Libros también dona libros en algunas instituciones educativas ¡el que da recibe!

Patricio Robalino (grupo Huasipungo) nos dio una serenata de villancicos y música nacional. Raro también en una librería un homenaje así, ¿no es cierto? Y nos dejó su último CD: Músicos, coplas y testamento del Ecuador. Es toda una familia de artistas y de una generosidad inmensa ¡Ay, la gente sencilla!

Jorge Salvador Lara dejó su tarea de Cronista de la Ciudad. Todos cumplimos un ciclo. Se va lúcido y con la tarea cumplida. ¿Quién lo reemplazará? ¿Fernando Jurado, Vladimir Serrano, Jorge Moreno Egas, Alfredo Fuentes Roldán, Alfonso Ortiz Crespo...? (perdonen las omisiones).

¿La mala noticia? El fallecimiento del infatigable comprador de libros (bibliófilo, bibliómano) y por supuesto, lector: Germánico Pinto. Su figura se extrañará en nuestras librerías. Los viejos libreros lo recordaremos (¿no es cierto, Diego Caicedo?).

Revistas
Fabián Guerrero nos comparte la revista Textos y contextos.Es el número 10 del año 6 (2010). Es la primera vez que llega a mis manos. Y se deja leer.

Leo Más libros, más libros, es la revista número 1 de la Cámara del Libro  (núcleo de Pichincha), ¡ya era hora! Y si se animan debería ser trimestral, o qué sé yo. Pero que no sólo asome en las ferias del libro. ¡Felicitaciones a Fabián Luzuriaga y su gente!

La CCE sigue con sus magníficos catálogos. El dedicado a Aníbal Villacís, estupendo (texto de Marco A. Rodríguez). Y si quieren ver sus cuadros vayan al Museo de Arte Colonial.

¿Cambios?
¿Qué se querrá decir cuando alguien expresa que “el entorno social del Centro Histórico debe cambiarse”? (no es frase textual) ¿Excluir radicalmente a los negocios que no concuerden con las grandes inversiones de hoteles de cinco estrellas? ¿Volver un Quito aséptico y de “buen olor”? ¿Una ciudad cartón piedra o “biutiful”?

Aplaudo el progreso, pero sin exageraciones. Hay una nueva “regeneración”  de la Avenida 24 de Mayo, ¿será esta la vencida? ¿Por qué no convertir su paseo como la Cuesta de Moyano en Madrid?
¿Venta de libros viejos, de segunda mano? (no cobro la idea, nada nuevo). ¿Locales para teatreros ‘informales’, pintores, artesanos, bailarines, lugar de ultramarinos (justamente a los que intentará desalojar de San Francisco y San Roque)?...

¿Desaparece el libro?
A todos quienes andan asustados con la “desaparición” inminente del libro, les paso esta noticia del periodista y escritor español M. Rodríguez Vivero: Lame Duck, una estupenda librería de Cambridge, pide 350 mil dólares por la primera edición (1922) de The Waste Land (Tierra baldía) con dedicatoria autografiada de T. S. Eliot al poeta P. Válery. ¿Cuándo pasen los años, alguien ofrecerá una suma así (y no pongamos otras ofertas millonarias por otros libros) por un Ipad o un libro digital? En fin.

Ya sabremos qué andan “cocinando” nuestros autores y editores ecuatorianos. En España son hoy un buen negocio los “librinos” (minilibros de 12 x 8 centímetros: la mitad de un bolsillo tradicional) encuadernados, en tapa dura y pliegos cosidos, papel semibiblia y hasta de 1.300 páginas, 208 gramos de peso y 24 milímetros de lomo y para leer con una sola mano en un bus o en el futuro metro, ¿qué tal? He “reciclado noticias” libreras hasta que lleguen las infaltables “novedades”.

Tome nota
Sur Libros: Teléfono: 2908517. Dirección: Robles y Juan León Mera.

Destacados
Nadie ha dicho nada de Un ciclón llamado Fidel  de Mariana Neira. Es un trabajo serio de una buena investigadora. Es un Fidel casa adentro, con las implicaciones que tuvo en nuestra vida política. Son más de 190 páginas que no tiene desperdicio. Ya está en nuestras librerías.
Buen colofón del Consejo Nacional de Cultura: Imágenes Loja de  J. Reinaldo Vaca. Siete tomos estupendos, que ya mismo serán rarezas. ¿Qué nos preparará I. Zapater para 2011?


Pinceladas
° El mejor libro que leí (entre tantos) en 2010 fue Correr el tupido velo, de Pilar Donoso (Alfaguara 2010), Estremecedora biografía de José Donoso, el autor de El obsceno pájaro de la noche. ¡Se los recomiendo!

° ¿Algo inusual? La PUCE entregó a sus profesores por Navidad un bono para comprar sólo libros en Mr. Books o Libri Mundi ¡Fabuloso! ¿No será hora de imitar este gesto cultural en todas las universidades y colegios?

° También es reconfortante celebrar los 5 años de los programas Desde mi Visión y Sueños de Papel que dirigen exitosamente Michelle Oquendo y Juanita Neira. ¡Congratulaciones!.



*Librero de Sur Libros

sábado, 27 de noviembre de 2010

Había enfermado Fidel Castro. Ese julio del 2006 cada periodista armaba su historia, se nutría de datos para elaborar el gran documental, el gran reportaje. No hubo el desenlace que muchos suponían. Poco apoco los periodistas se replegaron a sus tareas cuotidianas. La autora de estelibro resolvió continuar leyendo sobre el líder de la revolución cubana. Además de los detalles de su vida, ya muy conocida, le llamó la atención su vínculo con Ecuador. Todos los días los periódicos tocaban este tema. Estaba en las revistas, en los libros. La influencia política que tuvo en este país, especialmente en los años sesenta, era muy grande y por los efectos que produjo, se diría que por aquí pasó un ciclón. Un ciclón llamado Fidel. Por eso, la CIA escribió alguna vez que Ecuador era el país donde más influencia tenía la revolución cubana. Un sector apoyado por los socialistas externos pretendía injertarla aquí, mientras otro, apoyado por los Estados Unidos, le cerraba el paso.
En los años setenta Fidel Castro cambió su posición de guía revolucionario a estadista y buscó un acercamiento a los gobernantes ecuatorianos. Lo consiguió a partir de la restauración del régimen democrático en esta nación, en la década de los ochenta. De ahí para adelante la historia se ha repetido. Con la Cuba de Fidel hay un vínculo que, de acuerdo a la tendencia del presidente de turno, se estrecha y se afloja.

martes, 9 de noviembre de 2010

EXTRACTO DEL CAPÍTULO 4


SECUESTRO DE AVIONES

Lo sucedido al interior del avión, narró a la autora uno de sus pilotos, el general retirado Fausto Sevilla. El sábado 6 de septiembre, él debía llevar pasajeros de Quito a Manta, pero ya en vuelo, se vio obligado a cambiar el rumbo:

Decolamos. No pasaron cinco minutos cuando yo escuché bulla atrás. Discutían con el ingeniero de vuelo, con el mecánico, finalmente, entraron a la cabina dos hombres con pistola. Eran jóvenes. El día era frío, pero ellos sudaban, estaban súper nerviosos.
Dijeron: ‘Este avión está secuestrado: ¡vamos a Cuba!’
Nos miramos con el copiloto y dijimos: ‘¿A Cuba? Este avión no tiene gasolina sino para llegar a Manta’. Nos ordenaron: ‘¡Usted se va al norte, a Cuba!’ Les dije: ‘Bueno, voy a reportar’. Me dijeron: ‘Prohibido tocar la radio’. Le dije: ‘No se puede volar sin autorización, puede haber otras aeronaves en la ruta. Yo sé que rumbo más o menos debo seguir para ir al norte, para Colombia, pero primero debo poner combustible, déjeme averiguar cuánto hay de gasolina en el avión. Llámenle al mecánico’. En eso se produjo un movimiento y sonaron disparos. Yo me agaché para que no me toque a mí. Cuando regresé a ver a mi derecha, el copiloto (José Ernesto Báez Jácome) también me estaba viendo a mí y agachó la cabecita como diciéndome: ‘¿Qué ocurre?’ Y se desplomó. Le habían disparado a él y siguieron los disparos.
Yo seguía agachado, volando. Estábamos todavía saliendo de la cordillera y en esa época no se volaba alto como ahora en los aviones jet. Volábamos por los pasos, es decir, había que cuidarse de las montañas. Continuamos el vuelo, hacia el norte, a Esmeraldas.

–¿Por qué se dieron los disparos, hubo algún altercado?

–No hubo altercado. Lo que recuerdo es que, cuando los jóvenes dijeron: ‘Usted está secuestrado y se va a Cuba’, el copiloto (Báez) me dijo: ‘Mi mayor, no tenemos gasolina’. Yo le dije: ‘Explíquele (al secuestrador) que no tenemos gasolina’.
Entonces, el copiloto regresó a verle al secuestrador para hablarle, subió las manos para intentar coger los fonos, en ese momento, el secuestrador le disparó, posiblemente pensando que iba a tomar alguna actitud el copiloto. Vi que mi copiloto se agachó y yo me preocupé por él. Me dije: ‘¿Y ahora qué hago?’ Estaba volando y no había quién me ayudara. Le dije (al secuestrador): ‘Vea, por favor, llame a un médico para que le venga a ver’. Me dijo: ‘Dónde voy a conseguir un médico’. Le dije: ‘Atrás hay un señor de blanco’. Era un ex piloto que me había dicho que se iba de vacaciones a Manta. Le trajeron. Él vino, le cogió la mano, le cogió el pulso al copiloto, comprobó que estaba en malas condiciones y me dijo: ‘Obedezca lo que le pidan y salió’.

EXTRACTO DEL CAPÍTULO 1


INTERVIENE LA CIA

La velocidad con la que se extendía por América Latina la simpatía por Fidel Castro y su revolución, implicaba un peligro para el sistema capitalista. Estados Unidos se propuso evitar la contaminación aislando a Cuba.

En 1960 gobernaba Ecuador José María Velasco Ibarra, y John F. Kennedy asumía la presidencia de los Estados Unidos ofreciendo el programa Alianza para el Progreso.
En conversación con la autora, el historiador Juan Paz y Miño que se ha dedicado a investigar a profundidad los “apasionantes años sesenta”, recordó una frase increíble en el discurso inicial de Kennedy: “Vamos a hacer en América una revolución”. La derecha empezaba a manejar el mismo lenguaje de la izquierda y su ‘revolución’ la inició, a criterio del historiador, con una propaganda internacional en contra de la revolución cubana.

A esta acción se dedicó la CIA (Central Intelligence Agency). Lo descubrió su ex agente Philip Agee, quien en 1967 se retiró de esta organización y escribió su libro Inside the Company, CIA Diary, en el cual relató sus operaciones de inteligencia en varios países, incluido Ecuador. Lo publicó en 1975 y fue traducido a veintisiete idiomas. Sus ex colegas dijeron que lo hizo porque recibió un millón de dólares de la inteligencia cubana, cosa que él desmintió. Sin embargo, es público que mantuvo un estrecho vínculo con el gobierno de Fidel Castro y su libro se convirtió en un arma política del régimen cubano. Agee soportó una persecución que le obligó a cambiar permanentemente de residencia. Vivió entre Alemania y Cuba. En La Habana instaló en el año 2000 la agencia de viajes virtual Cubalinda. En el 2005 aparecía como representante de una compañía petrolera canadiense en América Latina, y cofundador y editor de la publicación en red Covert Action Quaterly. Falleció en la capital cubana el 7 de enero del 2008, luego de una cirugía de úlcera.

La historia contada por Agee en su famoso libro, es como esas películas de espionaje. ¿Fue realidad o ficción? Revisando los datos de prensa se observa una coincidencia en fechas y hechos. Claro que Agee agregó detalles secretos, inaccesibles para un simple reportero.

El relato va de diciembre de 1960 al 17 de noviembre de 1963. En ese tiempo, según Agee, en la Embajada de los Estados Unidos, en Quito, funcionaba una oficina llamada ‘La Estación’. Allí planeaban las acciones de la CIA.

La misión de Agee y su equipo era llevar al gobierno de Ecuador a romper relaciones con Cuba y acabar con los fidelistas. Con ese objetivo reclutó a agentes criollos que cumplían múltiples funciones. Armaron las organizaciones anticomunistas que se encargaban de publicar manifiestos en la prensa y convocaban a las marchas en contra del comunismo. Crearon células terroristas para explotar bombas en las iglesias. No faltó, desde luego, el seguimiento a las personas, la escucha telefónica. Se infiltraban en los movimientos de izquierda y sindicatos para espiar y armar fuerzas de choque que invitaban a actuar violentamente en las manifestaciones pro Cuba.