-Las cifras indican que en el país va a haber crisis económica, maneja tu negocio con cuidado, no te hagas de deudas.
Ella le repetía:
-¡Ave de mal agüero!
Para aumentar su negocio la mujer se endeudaba y endeudaba hasta que ¡pum! ¡Llegó la crisis de 1999! Los bancos se cerraron, se aplicó la dolarización y la pareja perdió casa, auto, al perro y su matrimonio.
Yo sí creo en mi amigo aunque -me da pena confesarlo- la última vez dudé. Fue a mediados de 2012. Él me pasó un documento que está manejándose en algunas instancias del gobierno y marca un escenario económico terrible para Ecuador. “A partir del 2014 podemos entrar en una crisis similar a la de 1999-2000, igual a la de Grecia", me dijo, pero archivé el documento hasta diciembre cuando me llegó un documento de otro economista vinculado al gobierno que advierte problemas si no se aumentan los ingresos. Días después el economista ‘neoliberal’ decía en su columna lo mismo. ¿Cómo aumentar los ingresos? Con mayor producción petrolera, minera, pero eso está lejano porque aún faltan leyes, deben enfrentar a la oposición de los mineros artesanales e indígenas, y los procesos de explotación demoran mínimo 4 años. Aún cuando el camino estuviese limpio de problemas, los nuevos campos y yacimientos comenzarían a producir recién por el 2017.
¿Hasta entonces qué haremos, nos comeremos las uñas? No, dicen los economistas, se crearán más impuestos. Pienso: será solo hasta cuando el bolsillo se rompa y la paciencia se acabe. Pero en enero apareció otro amigo economista para decirme que no solo crearán impuestos, sino que aumentarán la deuda hasta el 40% del PIB, o sea, unos 15.000 millones de dólares. Este dato coincide con otro rumor que me llegó en estos días: el gobierno está contratando otro préstamo con la China, esta vez por 4.000 millones. ¿Con qué pagarán esta deuda si por la anterior ya les dan a los chinos la mitad del petróleo?
Por todo esto sugiero que gocemos el 2013, a lo mejor último año de la ‘Feria de los petrodólares’ organizada por la ‘revolución ciudadana’.
Detalles sobre por qué y cómo acabaría esta ‘Feria’ constan en las siguientes notas. (Por pedido de quien me entregó la primera nota, constará como autor anónimo).
La proyección del Producto Interno Bruto (PIB para el período 2013 – 2020) sería del 4,5 % anual. Habría una ligera desaceleración del ritmo de crecimiento a partir del año 2013, debido a la crisis de la economía mundial, particularmente de la Unión Europea y de la economía norteamericana, nuestros principales socios comerciales. El crecimiento de la economía hacia el año 2020 estaría determinado por el fuerte gasto público (obras de infraestructura y compras públicas), según la matriz de Cuentas Nacionales del Banco Central del Ecuador (BCE), el Estado ecuatoriano es el principal cliente del sector privado en lo que respecta a bienes y servicios, otro elemento que permitirá mantener este crecimiento es el consumo de los hogares que se mantendrá en el orden del 3,5% en los próximos años. Sin embargo una de las alertas que habría que considerar constituye el fuerte endeudamiento de los hogares ecuatorianos que podría generar problemas en el sector financiero en el mediano plazo.
En lo referente a otras variables macroeconómicas claves, tenemos que las importaciones crecerían en 5% anual en el período 2013 – 2020, de mantenerse la tendencia de los últimos años, esto probablemente agravaría el déficit de la Balanza de Pagos no petrolera del Ecuador. El aparato productivo de Ecuador tiene una fuerte dependencia tanto de materias primas importadas (alrededor del 50% de la materia prima para la industria es importada) y casi todos los bienes de capital son importados, lo que le vuelve una economía vulnerable a los vaivenes de la economía internacional y particularmente a los precios tanto de materias primas como de bienes de capital. Otro producto en que la economía ecuatoriana es altamente dependiente es en las importaciones de combustibles y de gas, ambos productos con una tendencia al alza desde el año 2010 y que probablemente irán aumentando los precios en el futuro debido a que el petróleo y el gas son recursos escasos, de difícil extracción y se hallan localizados en zona de conflicto.
En los últimos años las importaciones de productos alimenticios y de materia prima para la agroindustria ha agravado la situación de Balanza de Pagos, el país es un importador neto de productos como trigo, maíz, pasta de soya, cebada, algodón entre otros, los precios de estos productos se han duplicado en los últimos dos años.
Con la finalidad de reducir el déficit de balanza de pagos el gobierno ecuatoriano ha impulsado una política de sustitución estratégica de importaciones, cambio en la matriz productiva y generación de valor agregado, de mantenerse esta política contribuiría a disminuir la presión en el sector externo de la economía.
Las exportaciones ecuatorianas crecerían en este período 4% en volumen, e inclusive podría ser mayor dependiendo del comportamiento de la demanda en la economía mundial, apertura de nuevos mercados (principalmente los países BRIC); sin embargo creemos a que pesar del gran esfuerzo que realiza el gobierno ecuatoriano por aumentar las exportaciones y disminuir las importaciones, cambiar la matriz productiva con productos con mayor valor agregado el país seguirá dependiendo del petróleo y derivados que en conjunto representan alrededor del 63% de las exportaciones totales, si incluimos los otros productos primarios (banano, productos del mar, café, cacao, flores) más del 75% de nuestras exportaciones seguirán siendo de productos primarios para el año 2020.
La población ecuatoriana alcanzará los 17,1 millones de habitantes en el año 2020 considerando una tasa de crecimiento promedio anual del 2,1%, durante este período el país debería generar plazas de empleo, infraestructura, reducir el déficit habitacional entre otros, todas estas actividades requerían fuertes inversiones de parte del Estado y del sector privado. De no alcanzar este reto el problema del desempleo y subempleo sería preocupante para el país.
El PIB a precios del año 2000 sería de 39,8 miles de millones de dólares y un PIB per cápita de 2.330 dólares a precios del 2000. El ingreso per cápita ha aumentado significativamente a raíz de la dolarización y por el sostenido crecimiento de la economía a partir del año 2007.
Guillermo Navarro Jiménez
Abandono del proyecto social
La designación del ingeniero Jorge Glas para que se encargue, desde la Vicepresidencia de la República, de la Revolución Agraria, la diversificación de la matriz energética, la democratización de los medios de producción, como lo señalara el Presidente Correa, es asumida por algunos analistas como una decisión que propende al abandono de la visión social que había impuesto el gobierno del Presidente Correa desde la Vicepresidencia de la República. Visión que carece de una mirada holística respecto a la acción de gobierno, puesto que reduce la transformación, la modernización en marcha a lo social, pasando, con ello, por alto, que el desarrollo nacional también requiere, y con urgencia, de una infraestructura productiva que incida positivamente sobre los costos de producción que nos permitan mejorar la capacidad competitiva de nuestras exportaciones, afectadas por la dolarización por la eliminación de la política cambiaria. Adicionalmente, quienes sostienen este punto de vista, olvidan que la inversión social que con justa razón les es cara, requiere de recursos financieros adicionales que sólo pueden provenir de los sectores productivos, como bien lo señala el Presidente Correa cuando sostuvo que: “No hay política social que pueda mantenerse en el tiempo, porque consume ingentes recursos para educación, salud, vivienda, atención a discapacitados, sin una adecuada base productiva. Ese va a ser el desafío en los próximos cuatro años para mantener la política social”.
Adicionalmente, sin desmerecer de forma alguna el rol desempeñado muy positivamente por el Vicepresidente Lenin Moreno, hemos de insistir en una perspectiva frecuentemente soslayada, los programas sociales y sus avances son realizaciones de gobierno, producto de decisiones adoptadas en ese colectivo, que permitió disponer de un presupuesto adecuado para el cumplimiento de los objetivos sociales planteados, así como para alcanzar, por ejemplo, la más amplia participación solidaria del pueblo de Cuba, tanto en la Misión Manuela Espejo como en la Misión Milagros, la primera en el registro, catalogación y atención a los discapacitados, y la segunda, en la prestación de atención a todos los ciudadanos ecuatorianos que padecen de enfermedades oculares. Por ello, si bien la demanda para que el Vicepresidente Moreno acepte una nueva postulación es absolutamente aceptable, no es procedente el planteamiento que considera que su sola salida podría significar el fin de los propósitos sociales que impulsa el gobierno del presidente Correa.
Si a lo anterior se suman los cada vez mayores requerimientos financieros que se derivan del efecto cascada que produce la ampliación de los servicios sociales gratuitos, de los nuevos compromisos que se asumen en subsidios como el bono de desarrollo humano o la constante elevación de otros subsidios como es el caso del subsidio a la gasolina o al gas licuado, es fácil colegir que para el mantenimiento de la situación de desarrollo alcanzado es indispensable contar con ingresos adicionales.
Finalmente es necesario tomar en cuenta la posición ideológica y política del movimiento de gobierno, puesto que ésta, a pesar de que el ingreso nacional es generado por la sociedad en su conjunto, considera que la apropiación por particulares es norma irrevocable, inexorable, por lo que los mecanismos mediante los cuales el Estado puede acceder al ingreso nacional se reducen a los siguientes:
1. Ingreso generado por las empresas públicas;
2. Pago de impuesto, regalías y participaciones por parte de las empresas particulares que operan en los sectores petrolero y minero;
3. Impuesto a la renta; y,
4. Impuestos indirectos como el Impuesto al Valor Agregado (IVA) o el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE).
Fuentes financieras cuya movilidad se limita al impuesto a la renta, a los impuestos indirectos y a la participación en las utilidades sectoriales, puesto que los niveles ingresos generados en el sector petrolero y minero se establecen en contratos suscritos con el Estado ecuatoriano.
A las fuentes antes citadas, luego de la aprobación de la Ley de Ingresos para la Redistribución del Gasto Social, debemos agregar la participación en las utilidades netas de los bancos. Práctica transformadora que, por su condición, genera importantes resistencias.
Por el lado del gasto, este podría reducirse y convertirse en una fuente importante para financiar la modernización, si se eliminasen los subsidios a la derivados del petróleo y el gas licuado. Alternativa poco probable, por lo menos en el año 2013, por su condición de año electoral.
Así planteado el problema, la designación del ingeniero Glas se explica como una acción pragmática, en respuesta a una demanda que se ha convertido en prioritaria para el mantenimiento del modelo transformador-modernizante: contar con recursos financieros adicionales que posibiliten su mantenimiento y desarrollo, lo que, a su vez, permitirá sostener e incluso ampliar la base social que sustenta el gobierno de Alianza País. Apoyo financiero sin el cual el ritmo de crecimiento de la economía ecuatoriana se enlentecería, dado que el ritmo actual de crecimiento depende en gran medida de la inversión pública. Menor ritmo de crecimiento que generaría consecuencias previsibles como el incremento del desempleo a niveles anteriores iguales o superiores al gobierno del Presidente Correa, lo que precarizaría la gobernabilidad y posiblemente crearía condiciones para que el modelo se vuelva inviable. La pregunta entonces no pasa por consultar si el ingeniero Glas fue elegido por su condición de guayaquileño, hombre o boy scout como se ha pretendido. Se reduce a saber si el ingeniero Glas es el hombre adecuado para cumplir con el propósito de generar mayores ingresos para el erario nacional.
De haber Alianza País equivocado en la selección, deberemos estar atentos a saber si el Presidente Correa y su gobierno son capaces de avanzar en la recuperación del ingreso nacional, para lo cual, como es sabido, deberán reconocer que es generado por la sociedad en su conjunto, para lo cual igualmente deberán abandonar el fetichismo a la propiedad privada que parecen profesar algunos de los principales directivos del movimiento de gobierno.
Quito, 2 de diciembre del 2012
El Presupuesto 2012 se aprobó con un petróleo de USD 79.7 por barril, y probablemente promediará 98. Lo que significa aproximadamente USD 1 500 millones de ingresos petroleros adicionales no presupuestados.
Para 2013 el panorama fiscal se presenta sólido.
Como habrá nuevo gobierno, la Constitución exime al gobierno saliente de presentar una pro forma presupuestaria. Esencialmente sigue vigente el presupuesto 2012. Eso nos impide tener la información actualizada y nos obliga a especular.
Para 2013 se cumplió el ritual anual de creación de más impuestos, esta vez cargada a los bancos.
El precio del petróleo promediaría USD 91, o sea menos que en 2012, pero de todas maneras debería generar ingresos superiores a lo presupuestado, si el presupuesto 2013 guarda coherencia con el de 2012.
A no ser que haya un gasto desbocado, los fuertes ingresos bastarán para apuntalar las finanzas públicas. Solo en caso de un desplome pronunciado y sostenido del precio del petróleo, lo que es poco probable, podría presentarse un problema fiscal.
Para 2014-2017, el resto del próximo período presidencial, la situación es menos holgada.
Los grandes proyectos recientemente iniciados no tendrán un importante impacto hasta por lo menos 2017.
A los trabajos en las grandes minas de Kinross y Ecuacorriente les tomará al menos tres años para producir metales e ingresos fiscales. Tres años a partir de la aprobación de la ley reformatoria a la ley minera, proyecto que el Ejecutivo no manda aún a la Asamblea. Eso nos pone en 2016-17.
Cuando las hidroeléctricas Coca-Codo, Sopladora y Toachi estén generando a plenitud, el Fisco se ahorrará combustibles por USD 600 millones anuales. Eso llegaría en 2017-18.
Tras la firma de los contratos del Suroriente, tomará al menos cinco años para explorar, desarrollar y comenzar a explotar los campos. Como los contratos se firmarán a principios de 2014, este ingreso no vendría antes de 2019.
Mientras tanto se espera un modestísimo aumento de la producción petrolera en 2013-15, lo que a duras penas compensará el aumento en el consumo interno. Para 2015-16 comenzará a caer la producción y la renta petrolera.
Habrá un momento que deba parar la creación de impuestos, so pena de asfixiar la economía privada. Y en 2015 se vencen USD 650 millones en bonos globales.
El nuevo presidente tendrá que delinear una estrategia para apuntalar al Fisco hasta el 2017.
En cambio, el gobierno 2017-21 tendría las cosas más fáciles.
http://www.elcomercio.com/walter_spurrier/Fisco-solido_0_830317077.html