viernes, 20 de mayo de 2011

¿LAS MANOS O EL SERRUCHO DEL ECUADOR?

 
Ya que a las feministas (todas cooptadas)  se les ha caído la lengua, me toca hablar a mí.

Amo a la Liguita desde que tenía uso de razón. Cuando me tocó estudiar en mi gloriosa Universidad Central, la amé más. La Liguita nunca traicionó mi amor, con excepción del año que bajó a la serie B porque quiso ser, también, campeón de esa serie. Después solo nos ha dado felicidad y orgullo: ha sido campeón nacional, campeón de la Copa Libertadores, campeón de la Copa Sudamericana, campeón de la Recopa, y casi campeón del mundo.

En la última etapa gloriosa de la Liguita, mucho tuvo mucho que ver Cevallitos. Igual en los éxitos de la selección, por eso le llamaban ‘las manos del Ecuador’. Era arquerazo, impecable en el juego, líder. Sin embargo, por ahí leí que también ha sido ‘pelearín’. Ha desafiado a golpes, en la calle, a un periodista, le ha amenazado a un árbitro (me recuerda al presi). No importaba, era ídolo, pero sus actos están demostrando que es de barro.

El lunes 9 de mayo, a dos días de la consulta, apareció en el acto cívico de la Plaza Grande, balconeándose con el Presidente Correa afanoso por borrar su imagen de perdedor. ¿Y qué hacía Cevallos allí?, pregunté a un colega, tampoco sabía. Cuál mi sorpresa, el domingo 15 de mayo comunicaba que se iba a retirar del fútbol y cuando le pidieron confirmar la versión de que sería Ministro de Deportes, dijo: “Para mi será un honor poder seguir apoyando al deporte, la última palabra la tiene el señor Presidente de la República”.

Al escucharle me pregunté: ¿cómo que Ministro si hay una Ministra? Sucede que a la pobre Sandra Vela, brillante voleibolista, ya la habían botado y ella ni se había enterado. Recién el martes 17, apuradita, le comunicaba a la prensa: renuncio "por una decisión del Gobierno Nacional". Horas después, el Presidente Correa le dijo a un medio estatal: “desconocer la supuesta renuncia de Sandra Vela”. (Bueno, díganme al fin quién toma las decisiones en ese Palacio.) Pese a “no conocer”, Correa dijo: “sería un honor para nosotros si se puede incorporar al Gabinete (a Cevallos), pero aún tenemos que conversar al respecto”.

Conversar de qué si todo estaba decidido. Se confirmó el 24 de mayo con la posesión de Cevallitos. Llegó a Ministro de Deportes ‘serruchándole’ el piso a la Sandra, pisoteando su dignidad de mujer. ¡Qué feo! Si tanto quería ese puestito debía primero esperar que ella renunciara.

De Cevallitos no esperaba eso, del gobierno nada me sorprende. Le encanta maltratar a las mujeres. Yo recuerdo, por ejemplo, las ocasiones que el Presidente Correa regañó feamente, en público, a las ministras María Duarte, de Obras Públicas (05 de marzo 2011), por el abandono de la construcción de una obra en Santa Ana, Manabí, y tres días después (08 de marzo 2011), precisamente el Día de la Mujer, a Marcela Aguiñaga, de Medioambiente, por errores en el manejo de los desechos en el país. (Al ver esas imágenes vienen a mi mente los maltratos de los patrones a las domésticas.) No sé por qué ellas se aguantan y dejan la dignidad de las mujeres por los suelos. A lo mejor tienen una explicación secreta que nosotros no la conocemos.

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