miércoles, 31 de julio de 2024

LA FUERZA DE MADURO ESTÁ EN LOS MILITARES


Un problema del que, pese a ser grave pocos hablan, es el proceso de ‘deformación militar’ propiciado por algunos gobiernos ‘socialistas siglo XXI’ de América Latina que metieron a los uniformados, primero, en la corrupción, poco después en la narco-corrupción. Operan esos negocios con armas y vehículos del Estado.

En Venezuela, los militares aparecen como ejecutores de los acuerdos de los gobernantes corruptos con los carteles de mafiosos más importantes de América Latina y de Europa. También con los líderes de los mineros informales y traficantes de oro, especialmente.

Corruptos, narcos, militares, son una alianza atroz que, con detenciones y tiros, bloquea las movilizaciones sociales que piden cambios de fondo. Lo vimos en la misma Venezuela, cuando Juan Guaidó, desde el 2019 hasta 2020 (antes del coronavirus) lideró manifestaciones que terminaron con muertos, detenidos. Lo único positivo fue que él consiguió que la Asamblea Nacional lo nombrara presidente de la república interino hasta diciembre 2022 (Fuente: ‘Una cronología de la lucha opositora de Juan Guaidó’. DW. 6 octubre 2023.)

La historia se repite. Hoy estamos viendo a millones de venezolanos protestando en las calles por el fraude electoral que le hicieron al candidato presidencial Edmundo González que comparte liderazgo con la luchadora política, María Corina Machado. Por la represión de la alianza narco-corrupta, civil-militar ya se cuentan más de dos decenas de muertos. Mientras esta argolla se mantenga, difícil que la protesta logre el objetivo de recuperar los votos robados por Maduro. Hay ejemplos en América y otros lugares del mundo, de movilizaciones sociales que no han logrado sus objetivos principales porque no tuvieron el apoyo de los militares. Un ejemplo son las recientes, en Irán.

Pero Bolivia es un ejemplo contrario. El 20 de octubre 2019, Evo Morales logró un triunfo que, tras una investigación, la OEA opinó que “hubo una “manipulación dolosa” e “irregularidades graves” (fraude electoral). Se dieron múltiples protestas, los militares le quitaron su respaldo y Morales tuvo que renunciar a la presidencia. Lo hizo el 10 de noviembre 2019.

Esto confirma que los cambios radicales solo se dan cuando la protesta social coincide con la voluntad militar.

BUENA INTENCIÓN

¿Por qué los gobernantes involucran a los militares en asuntos políticos? Puede ser por buena o mala intención.

La buena intención es usar a los militares para enfrentar problemas sociales graves, como el narcotráfico. Los necesitan para luchar contra sicarios armados, salvar vidas, dar seguridad a los civiles. Con ese fin, les dan misiones antidrogas, controles de cárceles y “al hacer este trabajo, el que menos se contamina”, dice alguien que conoce el mundo militar. Y varias personas creen que se debe sacar pronto a los militares ecuatorianos de esa misión para evitar las ‘contaminaciones narco’ como en Venezuela, México, Colombia.

En países donde existen principios morales firmes, políticas claras y todos (civiles y uniformados) respetan la ley, los militares cumplen exclusivamente funciones de vigilancia de fronteras y afines. Para el control de drogas tienen otra fuerza potente, como la DEA, por ejemplo.

MALA INTENCIÓN

Pero algunos gobiernos ‘socialistas’ latinoamericanos, con mala intención, han creado una generación de ‘militares revolucionarios’ alineados con la codicia, la insensibilidad social y cívica, que participan y encubren acciones narco-corruptas.

En Venezuela, el vínculo de gobernantes civiles y militares con carteles de la droga, pareciera que se fortaleció durante el mandato de Nicolás Maduro. Entonces empezó a hablarse del famoso ‘Cartel de los Soles’. Su nombre proviene de la insignia del sol que los generales llevan puesta en su uniforme. Estados Unidos ya tiene una celda lista para el ‘sol’ Maduro y ofrece 15 millones de dólares para quien lo capture. (Fuente: ‘Recompensa por Maduro: qué se sabe del “nebuloso” cartel de Los Soles, acusado de “inundar con cocaína” EE.UU. desde Venezuela’. BBC. 27 marzo 2020). 

Se menciona con nombres y apellidos a la cúpula de este cartel. Son generales, altos funcionarios civiles, hijastros de Maduro. Con ellos estarían vinculados, incluso, empresarios de la comunicación y productores de varios bienes, además, banqueros. Debajo de ellos estaría gente de todo rango y toda condición social. Para prevenir traiciones, cada paso de los ‘socios’, militares o civiles, sería vigilado por grupos de inteligencia integrados por nacionales y extranjeros. Mucho se habla de los espías cubanos, por ejemplo.

A los ‘traidores’ los apresan, torturan, asesinan. Dentro del gran paquete de violación a los derechos humanos entregado y examinado por la ONU constan muchas denuncias de políticos y militares muertos en las prisiones venezolanas, por los que Maduro también es enjuiciado internacionalmente. En los últimos tiempos, incluso, están aplicando el ‘estilo Putin’, matando a los ‘traidores’ en otros países. Sucedió recién en Chile. El oficial venezolano, Ronald Ojeda, desertó y pidió refugio a ese país. Fue a vivir allá, luego lo secuestraron y asesinaron. Esto enfrío más la relación del presidente chileno Gabriel Boric, un político de izquierda moderada, con Maduro. (Fuente: ‘El gobierno de Chile promete que el crimen del ex militar venezolano Ronald Ojeda será “castigado con la mayor dureza”. BBC. 2 marzo 2024.)

Por lo leído y escuchado, no es exageración decir que el gobierno de Maduro más parece cartel que gobierno. Es violento y sus dignatarios están llenos de billetes mal adquiridos, ahora muy asustados porque si se les acaba el poder, algunos podrían ir a una cárcel de Estados Unidos.

¿QUÉ PASÓ CON MILITARES ECUATORIANOS?

Por alguna razón especial, Rafael Correa y sus poetas no pudieron conquistar a toda la institución militar ecuatoriana, como lo hicieron el chavismo y madurismo. Más bien hubo una antipatía mutua. Pero no debemos confiarnos, hay que apuntalar la educación militar para fortalecer los principios morales, así como el respeto a la Constitución de la República, a los símbolos nacionales, a la pluralidad ideológica y mantener neutralidad política. Su único ‘activismo’ debe ser proteger al país y a sus ciudadanos.

Que los militares no se hubiesen virado, salvó a Ecuador de un fenómeno de emigración masiva, como el de Venezuela. Pero, en lo que parece una venganza contra todos los ecuatorianos, los correistas nos dejaron una peste: muchos grupos narcotraficantes nacionales dirigidos por carteles mexicanos y colombianos que matan, secuestran, extorsionan, reclutan a niños y jóvenes para el microtráfico y consumo, corrompen a los poderes del Estado y a toda la sociedad civil con su dinero.

Policías y militares, los fiscales y jueces honestos están luchando contra esa plaga, confiamos en que no se contaminen. Mn.31/07/2024.

 

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