Ecuador va por el segundo
ex presidente ‘vendepatria’. El primero fue José María Plácido Caamaño, mandatario
interino y constitucional (1883-1888) que “gobernaba sin ton ni son, fuera de
toda realidad y concepción de estadista. A su círculo estrecho y
privilegiado se llamó “la argolla”. Todo liberal fue perseguido y
calumniado con saña. La prensa vivió amordazada. Liberales como
Emilio Estrada cayeron en prisión. Y a Caamaño le pusieron por mote el de “treintamillas”,
digno sucesor de Veintemillas” (historiador Alfredo Pareja Diezcanseco).
El segundo, con una forma
de gobernar parecida a la de Caamaño, es Rafael Vicente Correa Delgado, ahora
fugitivo de la justicia por casos de corrupción que hace llamados a un bloqueo
económico internacional a Ecuador como castigo por la captura en la embajada de
México de su ex vicepresidente Jorge Glas sentenciado también por
corrupción y con denuncias hasta por acoso sexual.
DESDE JOVEN, LA REPÚBLICA
SINTIÓ LA CORRUPCIÓN
Empecemos con un mal recuerdo.
Habían pasado recién 65 años de la constitución de la república del
Ecuador cuando se dio el primer caso de corrupción en la cúpula. Lo lideró Caamaño
que, engolosinado con el poder, en el gobierno de Luis Cordero
(presidente 1892-1895) se hizo elegir gobernador de Guayaquil y por muchas
monedas ‘vendió nuestra bandera’. Descubierto, huyó a vivir plácidamente
en Europa.
Dejemos que los historiadores
cuenten la historia:
“Los agentes del Japón,
Charles R. Flinttand Col. de Nueva York se pusieron en contacto con el gobierno
de Chile, interesados en el barco Esmeralda. Pero Chile, que había declarado su
neutralidad en la guerra entre China y Japón, estaba impedido de vender armas o
navíos a uno de los beligerantes. Flint, entonces, buscó un intermediario que
no hubiese declarado esta neutralidad”. Era Ecuador. “El Esmeralda debía navegar
hasta Honolulu con bandera ecuatoriana, simulando un viaje de prueba, terminado
el cual, Ecuador podría comprarlo...Era, en realidad, un préstamo de la
bandera, en verdad un contrabando internacional que despertó curiosidad y
censuras en el mundo entero, especialmente en América… el escándalo fue
decisivo en ayudar a la revolución liberal”.
PRIMERA DENUNCIA
PERIODÍSTICA REPUBLICANA
Ayer como ahora, el “contrabando
internacional” -equivalente a los actos corruptos en nuestros días- se
descubrió por la prensa. ¿Vendría a ser esta la primera denuncia periodística
de la era republicana?
“El primer mensaje
telegráfico descifrado por José Abel Castillo, Director entonces de ‘El Diario
de Avisos’ fundado el 19 de febrero 1888, más tarde El Telégrafo, estaba
dirigido por el Cónsul del Ecuador en Nueva York, Modesto Solórzano, a (Plácido)
Caamaño, Gobernador de Guayaquil (y decía):
“Flint (un agente de
negocios) propone en nombre del gobierno de Chile que el Gobierno del Ecuador
tome bajo su nacionalidad el buque de guerra Esmeralda, para conducirlo
directamente a Honolulu, donde la nacionalidad se cambiará de acuerdo con las
instrucciones que se darán por el Gobierno de Ecuador. En consideración al
servicio, Chile ofrece al Ecuador completo apoyo moral y materiales de guerra
en caso necesario. Consulte inmediatamente al Gobierno de Quito para enviar
instrucciones al Cónsul del Ecuador en Valparaíso”.
La casa comercial Flint
hacía, al mismo tiempo, de corresponsal en los Estados Unidos de comerciantes
parientes de Caamaño, que habían obtenido contratos con el Estado, repudiados
por la prensa de oposición.
Otro mensaje descifrado
por José Abel Castillo, decía: “Traduzca con mucho cuidado. Flint ofrece dos
mil doscientos cincuenta libras en privado para nosotros. Procure conseguir
resultado favorable”. Y la confirmación a este cablegrama fue así: “Sírvase
prestar gran atención al telegrama del cónsul. Flint”.
Esto ocurría el 16 de
octubre de 1894.
El 19, Caamaño
cablegrafió a Solórzano: “Conteste a Flint que tengo mucha dificultad con las
autoridades de Quito, y usted procure obtener la recompensa. Contésteme”.
A lo que le respondieron
que recibiría la comisión cuando el buque fuera entregado al Japón o, por lo
menos, cuando fuera despachado a Honolulu con bandera ecuatoriana.
El presidente Luis
Cordero, por fin, autorizó la negociación, en telegrama al Gobernador del Guayas,
el 20 de octubre. “Cordero, sin duda, fue inocente. Hombre honorable,
pero ingenuo, parece haber creído que, por ese medio, tan desusado, por decir
lo menos, conseguiría el apoyo de Chile para la solución de nuestro conflicto
con el Perú… Históricamente por desgracia, nada salva de responsabilidad a Luis
Cordero…”
El contrato de venta,
entre el Gobierno del Ecuador y de Japón, se firmó en Nueva York el 23 de
noviembre de 1894, por el cónsul Solórzano y el ministro japonés. El 3
de diciembre, Caamaño empezó a reclamar su comisión, cuyo monto, que sufrió
rebajas y después aumentos, debido a las dificultades del negocio y al regateo,
ascendió a cuatro mil libras esterlinas. Véase este telegrama de
Solórzano a Caamaño, fechado el 5 de diciembre: “La gratificación de 4
mil libras será pagada al contado a la final y segura entrega del buque…”
Pero el 10 de
diciembre, Caamaño cablegrafió: “Sin posteriores noticias no telegrafíe
en ningún caso. Gran excitación hoy”.
Era que el pueblo
decidió hacer justicia...
Un día, en Guayaquil
amanecieron cubiertas de mantos negros las estatuas de los próceres. Los
balcones de la casa de Caamaño fueron amenazados por la multitud. En las
cantinas del suburbio montuvio, se alzó el bronco grito rebelde de ¡Viva
Alfaro! Corrió por los cuatro lados de la República el poderoso viento de
la renovación… En Quito, el pueblo patriota fue ametrallado
porque gritaba a diario en las calles…: “Presidente, Presidente, ¿qué has hecho
con la bandera?”
La debilidad de Cordero
lo conducía a la ruina. Nada podía contra el potentado don Plácido. Y nada
tampoco a pesar de los muertos en los motines, contra el pueblo…
Una asamblea popular
en Guayaquil designó un comité investigador… pidió el 4 de enero de 1895
al Presidente de la República su renuncia… Plácido Caamaño publicó una
aclaración descargando su responsabilidad en el Gobierno. Después, don Plácido,
una medianoche fugó del país.
Nunca se supo si don
Plácido recibió o no la comisión, si la pagaron los
intermediarios o si la birló alguno de los socios en el negociado. Caído y
prófugo, Caamaño no era ya necesario para los mercaderes. Algunas aclaraciones
se publicaron para probar la pobreza en que vivió después…
Caamaño fugó, pero
Cordero quedó convertido en víctima.
Y empezó la lucha armada…
Las alegres montoneras se extendieron por el Norte, por el Centro, por el
Litoral.
En abril, el
presidente Cordero dimitió después de la sublevación de un batallón en
Quito, el “Flores”, que se batió contra un regimiento de artillería.
Le sucedió el
vicepresidente Vicente Lucio Salazar, conservador que pretendió detener lo
incontenible -la revolución liberal- con prisiones y destierros.
Las muchachas cantaban
por las calles:
“Ladrones los de La
Argolla,/
Vendieron nuestra
bandera,/
Y nos salen con la farsa/
De que fue la de
Noguera”.
(Narraciones de libros:
‘Ecuador, la república de 1830 a nuestros días’, de Alfredo Pareja Diezcanseco,
e ‘Historia del Ecuador, época republicana’, de Enrique Ayala Mora Mora).
RC TRAICIÓN A LA PATRIA
En el tiempo presente,
la ministra de trabajo, Ivonne Núñez, denunció a título
personal a Rafael Correa, defensor de México y acusador de Ecuador,
por ‘traición a la patria’ porque, luego del apresamiento a Glas en la
embajada de México, el ex presidente dijo en varios medios de comunicación
nacionales e internacionales, entre otras cosas: “… es primera vez en historia
que sin consentimiento del gobierno se entra a una sede diplomática que es
suelo extranjero eso es un ‘casus Belli’, es motivo de guerra”. Más adelante
Correa dijo: “…fácilmente México la segunda economía latinoamericana de las dos
economías más grandes del planeta, podría bloquear el puerto de Guayaquil donde
entra y sale el 80% de comercio internacional y nos hace quebrar en dos meses”.
La denunciante se acogió
al artículo 353 del Código Orgánico Integral Penal que dice: “Traición
a la Patria.- Será sancionada con pena privativa de libertad de siete a diez
años, en tiempo de paz, y con pena privativa de libertad de diez a trece años,
en conflicto armado, la persona que realice alguno de los siguientes actos, aun
contra fuerzas aliadas” y cita varios literales, pero la ministra considera
que Correa cometió el delito mencionado en el literal 11: “Divulgar
noticias con la intención de infundir pánico, desaliento o desorden en las
tropas o ejecutar cualquier acto que pueda producir iguales consecuencias”.
La ministra Núñez solicitó,
además, que se cancelen las cuentas de redes sociales de Rafael Correa.
A ver si así le ponen freno al tremendo bullying contra los ecuatorianos
que no coinciden con sus malos pensamientos y actos.
Lo que no está claro es, si
llegara a ser condenado, tras cumplir la pena podría ser candidato a presidente.
Los jueces lo dirán.
MN 30 abril 2024.